El objeto que llevamos a todos lados y guarda más bacterias que nuestro teléfono
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Aunque solemos preocuparnos por objetos como el celular o las llaves cuando pensamos en gérmenes, hay otro accesorio cotidiano que suele pasar desapercibido y que puede acumular incluso más bacterias que un inodoro: las carteras y mochilas. Estos elementos nos acompañan a todos lados y entran en contacto con superficies sucias como pisos de baños públicos, mesas de bares y asientos de transporte, convirtiéndose en auténticos imanes de microbios.
¿Cuál es el objeto con más bacterias?
Estudios han demostrado que muchas carteras y mochilas, especialmente las de cuero o tela, contienen más bacterias por centímetro cuadrado que un inodoro promedio. Lo mismo sucede con bolsos escolares o de gimnasio, que a menudo pasan semanas sin una limpieza adecuada.
Para mantenerlas limpias, es clave evitar dejarlas en el suelo, limpiar las manijas con desinfectante de forma regular, lavarlas según el tipo de material y mantenerlas cerradas para proteger el contenido. También conviene no mezclarlas con objetos sucios, restos de comida o maquillaje derramado. En resumen, cuidar este accesorio es también una forma de cuidar nuestra salud.
¿Cómo reforzar el sistema inmunológico para que las bacterias no me afecten?
Para mantener el sistema inmunológico en óptimas condiciones y reducir la posibilidad de contraer infecciones bacterianas, es clave llevar un estilo de vida saludable. Esto incluye una alimentación balanceada, actividad física regular, descanso adecuado y un buen manejo del estrés. La salud intestinal también juega un papel importante, y los alimentos fermentados pueden ser grandes aliados. Es recomendable incorporar frutas y verduras variadas, que aportan vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales, así como alimentos fermentados como yogur, kéfir o chucrut, que favorecen la flora intestinal.
También es fundamental asegurarse de consumir nutrientes como las vitaminas A, C, D, E y el zinc, por su rol en la respuesta inmune. Hacer ejercicio de forma moderada estimula la circulación y refuerza las defensas naturales del cuerpo, mientras que dormir bien permite al organismo regenerarse y funcionar correctamente. Reducir el estrés a través de actividades relajantes también es beneficioso, ya que el estrés prolongado debilita el sistema inmune.
Por otro lado, mantener una buena higiene, especialmente lavarse las manos con frecuencia, evita la propagación de gérmenes y bacterias. Además, es importante evitar el cigarrillo y moderar el consumo de alcohol, ya que ambos afectan negativamente la inmunidad. Mantenerse bien hidratado, protegerse del humo de segunda mano, conservar un peso saludable y cumplir con las vacunas recomendadas son otras prácticas que ayudan a fortalecer las defensas del organismo frente a enfermedades.