Ni cada una semana ni cada un mes: cada cuánto tiempo tienes que limpiar tu teléfono para eliminar bacterias y gérmenes
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Hay gestos cotidianos que pasamos por alto a la hora de utilizar nuestro teléfono celular, aunque tienen un impacto directo en nuestra salud. Uno de ellos tiene que ver con algo que usamos a toda hora, pero rara vez pensamos en limpiar.
¿Cada cuánto limpiar el teléfono celular?
Aunque el celular no siempre se vea sucio, su superficie puede alojar una enorme cantidad de bacterias provenientes del polvo, la piel y los lugares donde lo apoyamos. Expertos en microbiología señalan que limpiarlo con regularidad es esencial para mantener la higiene personal.
No es necesario desinfectarlo constantemente, pero sí se recomienda hacerlo una vez al día, especialmente si se ha usado en contextos de mayor exposición, como baños públicos, medios de transporte o durante temporadas de virus respiratorios. Para una limpieza eficaz, es clave evitar productos abrasivos y optar por un paño de microfibra ligeramente humedecido con una mezcla de agua y alcohol, evitando siempre el ingreso de humedad a los puertos del dispositivo.
¿Cómo fortalecer mi sistema inmunológico?
Fortalecer el sistema inmunológico requiere una combinación de hábitos saludables sostenidos en el tiempo. Una alimentación variada y equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables, aporta los nutrientes esenciales que ayudan al cuerpo a defenderse mejor.
A esto se suma la práctica regular de ejercicio moderado, como caminar o nadar, que estimula el sistema inmune. Dormir entre siete y nueve horas diarias es crucial para que el organismo se recupere y mantenga su capacidad de respuesta ante enfermedades. Asimismo, manejar el estrés es clave, ya que su presencia crónica puede debilitar las defensas; técnicas como la meditación, el yoga o dedicar tiempo a actividades placenteras pueden ayudar a reducirlo.
La hidratación también cumple un rol fundamental en el buen funcionamiento del sistema inmunológico y la eliminación de toxinas. Algunos nutrientes específicos, como la vitamina C, el zinc, la vitamina D y los probióticos, tienen un rol directo en la salud inmune y deben formar parte de la dieta. En casos de deficiencias nutricionales, puede ser necesaria la suplementación, siempre bajo indicación médica.