Revelaron que bajar el consumo de sal también puede ser peligroso para la salud
Durante años, el enfoque principal de las autoridades sanitarias ha sido advertir sobre los riesgos del consumo excesivo de sal, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendando no superar cierta cantidad diaria. Pero parece que hay otra visión al respecto.
Una reciente perspectiva científica ha puesto el foco en el otro extremo del espectro dietético, sugiriendo que la reducción excesiva de la sal también puede ser peligrosa para la salud. Este cambio de paradigma subraya la importancia de encontrar un punto medio, dado que gran parte de la población mundial duplica la ingesta recomendada, principalmente por la sal "oculta" en alimentos procesados, embutidos y salsas industriales.
Cuánta sal hay que consumir
La evidencia científica moderna sugiere que existe una "zona dulce" para el consumo de sal que optimiza la salud cardiovascular. Un estudio publicado en 2022 en el American Journal of Lifestyle Medicine arrojó luz sobre esta hipótesis. Los hallazgos indicaron que las dietas con una ingesta diaria de sodio que oscila entre 3 y 6 gramos se asocian con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este rango de consumo moderado parece ser el más favorable y protector para la mayoría de las personas, siendo más beneficioso que las dietas que son drásticamente bajas o peligrosamente altas en sodio.

El riesgo del exceso de sal sigue siendo una preocupación primordial y bien documentada, con consecuencias directas en el sistema circulatorio. Un alto consumo provoca que el cuerpo retenga líquidos, lo que inevitablemente eleva la presión arterial. Esta hipertensión es un factor de riesgo importante que puede derivar en graves problemas de salud, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. De hecho, las estimaciones de la OMS son alarmantes, sugiriendo que el alto consumo de sal está relacionado con cerca de 1,8 millones de muertes anuales en todo el mundo.

No obstante, la investigación también ha generado advertencias sobre los peligros de una ingesta muy baja de sal. Estudios observacionales han mostrado que reducir el consumo por debajo de los 3 gramos diarios puede tener efectos perjudiciales. Este déficit puede alterar la función de los vasos sanguíneos y, paradójicamente, aumentar el riesgo de episodios cardíacos en ciertas poblaciones. Esta vulnerabilidad es particularmente marcada en personas que ya tienen antecedentes de condiciones médicas como hipertensión o insuficiencia cardíaca.