La postura de yoga que tiene efectos que no sabías sobre tu vientre
Cuando pensamos en fortalecer el vientre, las primeras imágenes que nos vienen a la mente son las de interminables sesiones de abdominales en el gimnasio. Sin embargo, el mundo del yoga ofrece alternativas poderosas y, a menudo, más completas. Una de las posturas más beneficiosas en este sentido no solo fortalece la zona abdominal de una manera profunda y efectiva, sino que también ofrece una serie de beneficios adicionales que van mucho más allá de la apariencia física.
Además de su impacto estético, esta postura de yoga ofrece beneficios internos significativos. Mejora la digestión, ya que tonifica los órganos internos y estimula el sistema digestivo. Esta activación de la zona abdominal ayuda a aliviar problemas como el estreñimiento y la hinchazón. También fortalece los músculos que rodean y sostienen la columna vertebral, lo que puede ayudar a reducir el dolor lumbar. Es una postura que se enfoca en la salud general del cuerpo, no solo en la apariencia.
La postura de yoga para el vientre
Para realizar esta postura de yoga, te sientas en el suelo y formas una V con tu cuerpo. El torso se inclina ligeramente hacia atrás y las piernas se levantan, paralelas al piso o incluso más altas si tu flexibilidad lo permite. Las manos pueden extenderse hacia adelante o apoyarse en los muslos para mayor soporte. Esta posición, aunque parece simple, requiere una gran activación de los músculos del core para mantener el equilibrio. Es un desafío para la estabilidad que obliga a todo el cuerpo a trabajar en conjunto.
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El maestro de yoga Sharath Jois una vez afirmó que 25 respiraciones en Navasana equivalen a 100 abdominales. Esta audaz declaración tiene una base sólida: la postura del barco activa los músculos profundos del abdomen que son difíciles de alcanzar con ejercicios convencionales. Además, no se limita a esa zona; también trabaja intensamente la espalda, la cadera, el suelo pélvico y los glúteos. Es una postura que, a través de la isometría, genera una fuerza integral en el centro del cuerpo, desinflando el vientre de una manera natural.

La exigencia de Navasana en el yoga radica en la necesidad de mantener el equilibrio y estabilizar todo el cuerpo. Esto no solo define los abdominales, sino que también tiene un impacto directo en otras áreas. Al sostener la postura, se tonifican los brazos y las piernas, se mejora la circulación sanguínea en las extremidades inferiores y se potencia la coordinación. Es un ejercicio que integra la mente y el cuerpo, ya que requiere concentración y control para no perder la forma. Es un trabajo interno que se refleja en una silueta más tonificada y una postura más erguida.