Yoga para principiantes: cómo empezar a entrenar desde cero y liberar el estrés

Desde hace más de una década, el 21 de junio se celebra el Día Internacional del Yoga, una disciplina que ha ganado popularidad en todo el mundo gracias a sus numerosos beneficios tanto para el cuerpo como para la mente. Es común conocer a alguien que practica yoga y lo recomienda con entusiasmo, y no es casualidad: esta práctica milenaria ofrece mejoras comprobadas en la salud física y emocional.
¿Cómo comenzar en Yoga?
El yoga ayuda a contrarrestar la pérdida natural de flexibilidad que ocurre con el paso del tiempo, además de favorecer una mejor postura, equilibrio y fuerza muscular. También es eficaz para reducir el estrés, aumentar la energía diaria y fortalecer la memoria.
Diversos estudios han demostrado que practicar yoga con regularidad puede disminuir la presión arterial, reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y obesidad, e incluso aliviar dolores crónicos como los causados por la artritis.
Aunque suele asociarse a una actividad tranquila, el yoga puede llegar a ser muy demandante a nivel físico. En una clase completa se pueden quemar hasta 500 calorías, lo que demuestra que también contribuye a mantener un peso saludable.
Otros posibles beneficios incluyen una mejora del sistema inmune, mayor facilidad para conciliar el sueño, aumento de la autoestima, mejora en la digestión y en la capacidad de concentración y coordinación.
Dado que existen muchas variantes de yoga, algunas más enfocadas en el aspecto físico y otras en el bienestar emocional o espiritual, lo ideal es explorar distintas clases e instructores hasta encontrar la práctica que mejor se adapte a nuestras necesidades y objetivos.
¿Cuándo es bueno hacer yoga?
El momento ideal para practicar yoga varía según las preferencias y necesidades de cada persona, pero hay ciertos beneficios asociados a distintos horarios del día. Por la mañana, el yoga ayuda a activar el cuerpo, mejorar el ánimo y enfocar la mente para el día que comienza. Se recomienda practicar en ayunas y optar por estilos más dinámicos o suaves que promuevan la conexión con el presente.
En cambio, durante la tarde o la noche, el yoga es una excelente herramienta para liberar tensiones acumuladas, relajar el sistema nervioso y preparar el cuerpo para un descanso reparador. En este caso, los estilos más indicados son el Yin yoga, el yoga restaurativo o la meditación.
Además del horario, es clave adaptar la práctica al propio ritmo. La flexibilidad en los horarios y el tipo de yoga es fundamental para sostener el hábito.
No existe un único momento perfecto, pero sí se destaca que la constancia es más importante que la hora en la que se practica. Para quienes recién comienzan, lo ideal es iniciar con sesiones cortas de 10 a 15 minutos e ir aumentando la duración y la frecuencia a medida que se gana confianza y experiencia.