Esto es lo que sucede si colocas leche de almendra en tu cabello

Las bebidas vegetales son una gran alternativa para quienes siguen una alimentación vegana o presentan intolerancia a la lactosa. Entre las más populares se encuentran las elaboradas con soja, avena, arroz y almendras y tiene un gran beneficio para tu cabello.
¿Por qué ponerme leche de almendras en el pelo?
Aunque muchas personas las consumen por sus beneficios nutricionales, lo que pocos saben es que la leche de almendras también puede ser una excelente aliada para el cuidado del cabello, especialmente el fino o dañado.
Según los expertos de Garnier, esta bebida vegetal no solo es ligera y saludable, sino que también aporta múltiples nutrientes ideales para el pelo. Rica en minerales, vitaminas y con un bajo contenido calórico, la leche de almendras se produce a partir de la mezcla de agua y almendras, y destaca por su alto contenido en calcio, incluso superior al de la leche de vaca.
Marcas como Silk añaden además proteínas, vitaminas A, B2, B6, B12, D2, E y zinc, junto con grasas saludables, sodio y algunos azúcares. En el ámbito del cuidado capilar, su alto aporte de vitamina E ayuda a restaurar la vitalidad, la suavidad y la hidratación del cabello seco o maltratado.
También es eficaz para controlar el frizz y reducir el encrespamiento. Puede usarse de distintas formas: como acondicionador aplicándola sobre el cabello húmedo tras el lavado, dejándola actuar unos minutos antes de enjuagar; o como mascarilla, combinándola con aceite de almendras y dejándola reposar durante media hora.
¿Cómo mejorar la salud capilar?
Para mejorar la salud del cabello, es esencial adoptar un enfoque integral que incluya el cuidado del cuero cabelludo, el uso de productos adecuados, una alimentación equilibrada y la reducción del estrés. El cuero cabelludo debe mantenerse limpio y libre de impurezas mediante una exfoliación suave que elimine células muertas y residuos acumulados, así como con masajes que estimulen la circulación sanguínea y favorezcan el crecimiento capilar.
La limpieza debe realizarse con champús suaves y naturales, evitando lavados excesivos que puedan irritar o resecar. En cuanto a los productos, es importante elegir champús con ingredientes que promuevan la nutrición y circulación del cuero cabelludo, aplicar acondicionador después del lavado para hidratar y proteger el cabello, y usar mascarillas nutritivas una vez por semana para fortalecer la fibra capilar.
El uso de herramientas térmicas como planchas o secadores debe ir acompañado de protectores térmicos para minimizar el daño por calor. Además, conviene evitar productos que contengan siliconas, ya que pueden formar una capa que impide que el cuero cabelludo respire y absorba nutrientes correctamente.
Una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales también es clave para un cabello sano; alimentos como huevos, pescado azul, legumbres, frutos secos y verduras de hoja verde son especialmente beneficiosos. Beber suficiente agua mantiene el cabello hidratado desde el interior, y reducir el estrés con técnicas como la meditación o el yoga puede prevenir su caída.
También se recomienda limitar el uso excesivo de calor para cuidar el cabello. También cepillar con suavidad, evitar peinados tirantes que debiliten las raíces, cortar las puntas con regularidad para prevenir quiebres, y consultar a un especialista ante problemas persistentes como caspa, caída excesiva o irritaciones.