El secreto para dejar de roncar al dormir durante las noches
El ronquido nocturno es mucho más que una molestia para quien comparte la cama; a menudo es un indicio de que la salud de nuestro descanso no es la óptima. La buena noticia es que, en muchos casos, la solución no requiere de dispositivos complejos ni cirugías, sino de pequeños ajustes en nuestros hábitos y entorno al momento de dormir.
Entender la causa principal del hecho de roncar es el primer paso: generalmente, se produce por una obstrucción parcial de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que genera la vibración característica.
Cómo evitar roncar al dormir
Una de las causas más comunes de esta obstrucción es la postura al dormir, como bien explica el especialista Juan Nattex. Al dormir boca arriba (en decúbito supino), la gravedad juega en nuestra contra. En esta posición, tanto la lengua como el paladar blando tienden a relajarse y desplazarse hacia la parte posterior de la garganta. Este movimiento obstruye sutilmente el paso del aire, forzándolo y generando el hecho de roncar. La solución que Nattex sugiere es sencilla pero efectiva: adoptar posturas laterales, que mantienen la garganta más abierta y facilitan la circulación del aire.
Otro pilar fundamental para silenciar el roncar reside en la rutina de la cena. El contenido y el momento de nuestra última comida influyen directamente en la relajación muscular de la garganta, empeorando el ronquido. El especialista en el tema recomienda evitar las comidas abundantes y, sobre todo, las bebidas alcohólicas en las horas previas al descanso. Tanto el exceso de comida como el alcohol tienen un efecto sedante y relajante sobre los tejido de la garganta, complicando la respiración. Su consejo práctico es esperar al menos tres horas después de cenar antes de acostarse.
El entorno físico donde dormimos también juega un papel fundamental para roncar, especialmente nuestro colchón. Un colchón que ha perdido su forma, con hundimientos o irregularidades notorias, puede ser un factor inesperado que contribuye al problema. Una superficie inadecuada puede provocar una mala alineación de la cabeza y el cuello mientras dormimos. Esta desalineación, a su vez, puede comprimir las vías respiratorias y, como resultado, aumentar la intensidad y frecuencia de los ronquidos. Dormir sobre una superficie adecuada es, por lo tanto, una parte esencial para asegurar no solo el confort, sino una mejor salud respiratoria nocturna.
