El punto en común que tienen las personas con más de 100 años y es un secreto para la salud
La búsqueda de la longevidad y una vida saludable ha sido una obsesión humana por siglos. La ciencia ha dado un paso gigantesco para desentrañar este misterio. Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista GeroScience, ha analizado la vida de ancianos que superaron los 100 años. Los resultados son sorprendentes y abren una nueva perspectiva sobre lo que realmente significa envejecer.
Este descubrimiento nos invita a reflexionar sobre la importancia de los hábitos diarios en la salud, el cuidado del cuerpo y la mente, y la necesidad de enfocarnos en la prevención y el retraso de las afecciones relacionadas con la edad. La verdadera lección de los centenarios es que una vida larga y saludable es posible, y que depende en gran medida de cómo gestionamos nuestra salud a lo largo de los años.
La salud en los ancianos
Este análisis de salud, que examinó a individuos nacidos entre 1912 y 1922, encontró que aquellos que superaron el siglo de vida padecieron menos enfermedades serias y, además, las desarrollaron de forma más lenta. Confirmó que estas personas tuvieron un riesgo significativamente más bajo de padecer enfermedades cardíacas, infartos y ciertos tipos de cáncer. Si bien las fracturas de cadera fueron comunes en todos los grupos etarios, aquellos que superaron el siglo lograron evitar o retrasar la mayoría de los problemas graves.
Una investigación de 2025, publicada en la revista Lancet, profundizó en cómo estos individuos enfrentan la salud en la vejez. Los científicos descubrieron que los adultos que superan el siglo no están completamente libres de enfermedades, pero las acumulan de manera más lenta y con menor impacto en su calidad de vida. Este hallazgo es fundamental, ya que desmitifica la idea de que la vejez es una etapa inevitablemente ligada al sufrimiento y la enfermedad constante.
Entre los hallazgos más destacados de la investigación de 2025, se señaló que las personas con más de 100 años tienen menos demencia, ansiedad y otros trastornos neurológicos de salud en comparación con quienes fallecieron antes. Si bien mostraron una mayor prevalencia de neoplasias malignas, su salud cognitiva y mental se mantuvo en un estado notable. Esto sugiere que hay un vínculo entre una vida prolongada y una mente sana.
