En Japón existe una costumbre matutina muy sencilla que muchas personas practican para favorecer la digestión y reducir la hinchazón abdominal. Este hábito, conocido como “Sayu”, consiste en beber un vaso de agua tibia en ayunas antes del desayuno.

¿Cómo eliminar la hinchazón abdominal?

No requiere ingredientes especiales ni dietas estrictas, y su fundamento está relacionado con la estimulación del sistema digestivo y la mejora de la circulación sanguínea. Además, ayuda a reducir la hinchazón abdominal, favorece el tránsito intestinal y contribuye a la hidratación del organismo desde las primeras horas del día.

El método es fácil de aplicar: basta con calentar agua hasta que esté tibia y beber uno o dos vasos en ayunas, esperando al menos 30 minutos antes de ingerir alimentos. No es necesario añadir azúcar, té ni café, ya que los beneficios provienen de la simple ingesta de agua tibia.

Aunque no es un remedio milagroso, incorporarlo con constancia y combinado con una alimentación equilibrada puede mejorar la digestión y disminuir la sensación de pesadez en el cuerpo. En personas con problemas renales o cardíacos, es recomendable consultar con un médico antes de aumentar el consumo de líquidos.

¿Cómo mejorar mi digestión?

Para favorecer una digestión saludable, es importante adoptar hábitos que combinen una alimentación equilibrada con un estilo de vida activo. Mantener una dieta rica en fibra, incorporando frutas, verduras y cereales integrales, ayuda a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento.

La hidratación también juega un papel clave, por lo que se recomienda beber alrededor de dos litros de agua al día para facilitar el proceso digestivo. La actividad física regular estimula el funcionamiento del sistema digestivo, mientras que comer despacio y masticar bien los alimentos contribuye a una mejor descomposición inicial de estos.

Asimismo, conviene evitar comidas abundantes antes de acostarse, optando por cenas ligeras y permitiendo un tiempo prudente antes de ir a dormir para prevenir el reflujo. Reducir el consumo de alimentos procesados y grasos ayuda a que la digestión sea más ligera, y controlar el estrés mediante técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda puede influir positivamente en el bienestar digestivo.

En algunos casos, incluir alimentos fermentados o suplementos de probióticos puede favorecer el equilibrio de la microbiota intestinal. Si los problemas con la digestión persisten, lo más recomendable es consultar con un médico o nutricionista para recibir una orientación adaptada a las necesidades individuales.