El mejor digestivo natural para consumir tras la cena de Nochebuena y no tener resaca navideña
La cena de Nochebuena es, para muchas culturas, el festín culinario por excelencia, una ocasión donde la abundancia y la tradición convergen en la mesa al comer. Sin embargo, el disfrute de platos ricos en grasas, salsas pesadas y dulces puede traducirse en una digestión lenta y molestias estomacales en la salud que se extienden hasta el día de Navidad, a menudo confundidas con la "resaca navideña" por la pesadez.
Para contrarrestar esta sobrecarga de Navidad sin recurrir a fármacos, la naturaleza ofrece un poderoso aliado. Este simple remedio casero es una de las opciones más efectivas para aliviar la sensación de hinchazón y facilitar el proceso digestivo tras una comida copiosa.
Qué tomar después de comer en Navidad
El jengibre (Zingiber officinale) es el componente estrella de esta bebida digestiva, reconocido desde hace siglos en la medicina tradicional por sus propiedades gástricas. Su eficacia reside en los gingeroles y shogaoles, compuestos bioactivos que estimulan el vaciamiento gástrico y aceleran el movimiento intestinal. Esto significa que el jengibre ayuda a que el estómago procese y envíe los alimentos al intestino delgado de manera más eficiente, reduciendo la sensación de plenitud y pesadez. Además, tiene un efecto carminativo, ayudando a expulsar los gases acumulados, lo cual es ideal después de consumir alimentos abundantes en Navidad.

El limón, por su parte, complementa perfectamente la acción del jengibre post Navidad, no solo aportando un sabor refrescante sino también múltiples beneficios digestivos. Este cítrico es rico en ácido cítrico, que puede estimular la producción de jugos gástricos y enzimas digestivas. Aunque es ácido por naturaleza, al ser metabolizado, el limón tiene un efecto alcalinizante en el cuerpo, lo que ayuda a equilibrar el pH estomacal. Consumir agua caliente con limón y jengibre tras la cena puede, además, ayudar a rehidratar el cuerpo, contrarrestando ligeramente el efecto deshidratante del alcohol o el exceso de sal en la comida.

La forma de preparar este elixir digestivo para Navidad es sumamente sencilla y se recomienda tomarlo caliente, justo después de la cena de Nochebuena. Para una taza, se necesita una rodaja de jengibre fresco (aproximadamente del tamaño de una moneda), que se puede machacar ligeramente para liberar sus aceites, y el jugo de medio limón. Simplemente se añaden ambos ingredientes a una taza de agua caliente y se deja reposar durante unos cinco a diez minutos antes de beber. Para aquellos que lo prefieran más dulce, se puede añadir una cucharadita de miel (también con propiedades antibacterianas y calmantes), pero se debe evitar el azúcar refinado.