El hábito que debes tener con la ropa nueva para cuidar tu salud

Es una medida preventiva que nos protege de posibles infecciones, reacciones alérgicas y la exposición a químicos nocivos
El hábito que debes tener con la ropa nueva para cuidar tu salud
Ropa Foto: Canva
martes, 16 de setiembre de 2025

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Adquirir una prenda de ropa nueva es un placer, pero antes de estrenarla, es crucial considerar un hábito simple que puede proteger nuestra salud. El camino que recorre una prenda, desde la fábrica hasta la tienda, está lleno de interacciones y posibles contaminantes. Ha sido tocada por múltiples manos, almacenada en distintos depósitos y transportada en vehículos que no siempre cumplen con las mejores condiciones de higiene.

La principal vía de transmisión de virus es a través del contacto con las manos. En una tienda de ropa, es inevitable tocar diversas prendas, probárselas y, sin darnos cuenta, llevarnos las manos a la cara. Esta acción, aparentemente inofensiva, puede ser un vehículo para la transmisión de microorganismos. Pero una medida de precaución es aún más importante si tenemos pequeñas heridas o abrasiones en la piel, ya que estas actúan como puertas de entrada para bacterias y virus.

La prenda de ropa

Además de los riesgos de transmisión de virus, la ropa nueva puede contener residuos químicos perjudiciales. Durante el proceso de fabricación, las prendas son tratadas con una variedad de químicos, como tintes, formaldehído y otros conservantes, para mantener su forma, color y prevenir la aparición de moho durante el transporte. Estos químicos pueden causar irritación en la piel, sarpullidos o, en casos más sensibles, reacciones alérgicas. Al lavar la ropa antes de usarla, eliminamos gran parte de estos residuos y evitamos que entren en contacto directo con nuestra piel.

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El simple acto de lavar la ropa nueva no solo elimina los posibles gérmenes y químicos, sino que también nos protege de los tintes que pueden desprenderse. Las prendas de ropa de colores oscuros, en particular, tienden a soltar el exceso de tinte durante los primeros lavados. Este tinte, si entra en contacto prolongado con la piel, puede mancharla y causar irritación. Lavar la prenda antes de estrenarla asegura que el tinte sobrante sea arrastrado por el agua, dejando la ropa segura para su uso. Es un paso pequeño, pero que contribuye significativamente a nuestro bienestar general.

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La recomendación es sencilla y clara: lavarse muy bien las manos después de tocar la ropa en una tienda y, una vez en casa, lavar las prendas nuevas siguiendo las instrucciones de la etiqueta. Es fundamental prestar atención a las indicaciones de temperatura y tipo de lavado para no dañar la tela. Una vez que la ropa ha pasado por el ciclo de lavado y secado, podemos tener la certeza de que está limpia y libre de agentes potencialmente dañinos, ya sean gérmenes o residuos químicos.

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