Los 2 colores que debes evitar en tu casa para que no se parezca a un hospital
La elección de colores es una de las decisiones más cruciales para la decoración de un espacio, pues define instantáneamente la atmósfera y la personalidad de un hogar. A menudo, en la búsqueda de luminosidad y neutralidad. Y hay 2 muy comunes en las paredes pero que hay que evitarlos, según un experto.
Muchas personas caen en la trampa de utilizar colores que, si bien son limpios, terminan creando un ambiente frío y desangelado. Según el diseñador valenciano Sigfrido Serra, existe una paleta de colores que, si bien son lumínicos, deben usarse con extrema cautela porque pueden hacer parecer la casa como un hospital.
Atención con estos colores
Serra es muy claro con su advertencia sobre los tonos blanco puro brillante y gris claro dominante. El diseñador confiesa con cierta ironía que, si bien estos colores "luz tienen, sí", esta luz es a menudo "de hospital". El problema principal es que estos tonos en exceso proporcionan la personalidad justa para pasar desapercibidos, creando un entorno impersonal. La vida, según Serra, no debe contarse únicamente en una escala de grises, sino con matices que reflejen la vitalidad de sus habitantes.
El color, para expertos como Serra, no es simplemente un adorno superficial, sino el lenguaje que define la identidad de cada proyecto de diseño. Un hogar debe ser un refugio que cuente la historia de quienes lo habitan, un lugar donde las texturas y la luz se entrelazan con los tonos para generar emociones. Cuando el blanco brillante o el gris claro se usan como colores únicos y omnipresentes, se pierde esa oportunidad de narración. Estos colores se convierten en un criterio impuesto por la sociedad, adoptado por su supuesta modernidad, pero que terminan resultando monótonos.
El blanco puro y brillante es uno de los principales responsables de la sensación "hospitalaria". En grandes superficies y sin contrapesos cromáticos o texturales, este tono puede resultar demasiado frío e incluso agresivo a la vista. Aunque refleja muy bien la luz natural, su ausencia de matiz hace que el espacio se sienta estéril y vacío, careciendo de la calidez que se espera de un hogar. Para evitar esta frialdad, es preferible optar por colores como blancos rotos, cremas, o tonos huevo, que incorporan una sutil pizca de amarillo o beige.
