La lámpara de techo es cosa del pasado: la nueva apuesta por especialistas en decoración
La creatividad y la decoración se han unido para revolucionar nuestros espacios. Los nuevos diseños que existen para elegir en el interior de la casa. Existen ciertos elementos que pueden mejorar el estilo del techo y terminar de usar las lámparas. Ahora, hay una nueva tendencia que marca esto al respecto.
Seguir usando lámparas en el techo en una casa está mal, pero ahora solucionado gracias a la unión de la decoración y la innovación. La última tendencia en diseño de interiores ofrece alternativas elegantes y funcionales. Los expertos marcaron una tendencia a la que hay que sumarse sin lugar a dudas.
La decoración del techo
En muchos hogares, un error común persiste: depender exclusivamente de las lámparas de techo como única fuente de luz. Para los especialistas en decoración y arquitectos, esta limitación empobrece significativamente la atmósfera de cualquier estancia. La iluminación ha evolucionado y juega un papel fundamental en la creación de espacios modernos y acogedores. Como bien aconsejan los expertos, es hora de reconsiderar esa única lámpara central, especialmente si se trata de diseños anticuados que restan valor estético.
La solución propuesta por los profesionales de la decoración pasa por diversificar las fuentes de luz y adoptar una estrategia de iluminación en capas. Esta técnica consiste en combinar tres tipos de luz: general, puntual y ambiental. La luz general proporciona una iluminación uniforme en toda la habitación, mientras que la luz puntual se centra en áreas específicas para tareas o destacar elementos decorativos. La luz ambiental, por su parte, crea una atmósfera cálida y relajante, contribuyendo al confort visual y emocional del espacio.
Para lograr esta iluminación en capas, se recomienda apostar por una variedad de elementos como lámparas de pie estratégicamente ubicadas, apliques de pared que añaden dimensión, discretas tiras LED que realzan la arquitectura o lámparas de sobremesa que aportan calidez a rincones específicos. Estos puntos de luz, ya sean focales o difusos, no solo cumplen una función práctica, sino que también se convierten en elementos decorativos por derecho propio, enriqueciendo la estética del ambiente.
