Esta ubicación deberá tener el fregadero para que tu cocina luzca bien
La creatividad y la decoración se han unido para revolucionar nuestros espacios. Los nuevos diseños que existen para elegir en el interior de la casa. Existen ciertos elementos que pueden mejorar el estilo de la cocina y dejar de caer en feas prácticas como la ubicación del fregadero. Ahora, hay nuevas tendencias que marcan esto al respecto.
Seguir utilizando el fregadero ubicado en cualquier lado de la cocina está mal, pero ahora solucionado gracias a la unión de la decoración y la innovación. La última tendencia en diseño de exteriores ofrece alternativas elegantes y funcionales. Los expertos marcaron tendencias a la que hay que sumarse sin lugar a dudas.
La ubicación del fregadero
Cuando se trata de diseñar cocinas abiertas, la ubicación del fregadero y el lavavajillas, conocida como la "zona de aguas", es un detalle crucial para mantener la estética y el orden. No se trata solo de la funcionalidad, sino de cómo se integra el espacio de trabajo en la atmósfera general del hogar. Una de las tendencias más efectivas y lógicas es situar esta área de la cocina lo más lateralizada o alejada del salón posible. Esta estrategia busca que el espacio no solo sea eficiente, sino también visualmente agradable para quienes están en la sala de estar.
La razón principal detrás de esta decisión de diseño es muy simple: el fregadero y el lavavajillas a menudo contienen platos sucios o utensilios que pueden romper la armonía visual de un espacio integrado. Si la zona de aguas está directamente a la vista desde el sofá, cualquier vajilla sin fregar puede convertirse en un punto de distracción, lo que va en contra de la sensación de orden y tranquilidad que se busca en un salón. Reubicar estos elementos ayuda a que la cocina, incluso cuando está en uso, no invada el espacio de descanso.
Esta técnica de diseño permite que la cocina funcione de manera eficiente sin comprometer la estética del área social. Al mover el fregadero a una ubicación menos visible, se crea una separación visual sutil pero efectiva. Esto permite que el flujo entre la cocina y el salón sea más natural y que cada espacio mantenga su propósito, incluso en un plano abierto.
