Una de las situaciones más molestas dentro del hogar es enfrentarse a una cañería tapada. Sin embargo, antes de recurrir a un plomero, existe un truco casero muy efectivo que probablemente ya tienes en tu cocina: la sal. Este ingrediente cotidiano puede convertirse en una solución rápida, económica y segura para destapar los desagües sin necesidad de productos químicos agresivos ni herramientas especiales.

¿Cómo destapar las cañerías de la casa?

La sal cuenta con propiedades desinfectantes y ligeramente abrasivas que permiten descomponer los restos de grasa y otros residuos que suelen acumularse en las tuberías. Su efecto se potencia cuando se combina con agua hirviendo o vinagre blanco, creando una reacción que ayuda a arrastrar la suciedad adherida a las paredes del caño.

Para aplicarlo, basta con verter media taza de sal en el desagüe, añadir agua caliente y dejar actuar por al menos diez minutos. Si se desea intensificar el resultado, puede incorporarse también media taza de vinagre. Realizar este procedimiento por la noche es lo más recomendable, ya que el caño permanecerá en reposo y la mezcla podrá hacer su trabajo sin interrupciones.

Este método, además de ser muy sencillo, se destaca por su bajo costo y su capacidad para prevenir futuras obstrucciones si se repite una vez por semana. Al no generar residuos tóxicos, también es una alternativa amigable con el medio ambiente y con los materiales de tu cocina. En momentos donde ahorrar es una prioridad, los trucos caseros ganan cada vez más popularidad. Y si la solución viene de la cocina, mejor aún: es práctica, accesible y eficaz.

¿Por qué se tapan las tuberías de la cocina?

Las obstrucciones en las cañerías de la cocina son un problema común, y en la mayoría de los casos se deben a la acumulación de diversos residuos que se filtran por el desagüe. Entre los factores más frecuentes se encuentran los restos de alimentos, como cáscaras, huesos, arroz o pasta, que pueden atascarse si no se utilizan coladores adecuados.

También contribuyen significativamente las grasas y aceites, ya que al enfriarse tienden a solidificarse, adherirse a las paredes internas de las cañerías y atrapar otros residuos, dificultando así el paso del agua. Además, el uso constante de jabones y detergentes, sobre todo si no son biodegradables, puede dejar residuos que se acumulan con el tiempo y obstruyen el drenaje. Otro motivo frecuente de taponamiento es la caída accidental de pequeños objetos, como monedas, tapas de botellas o incluso joyas, que pueden alojarse en el conducto e impedir el flujo normal.

A esto se suma la acumulación progresiva de minerales presentes en el agua, que forman depósitos en el interior de las tuberías y reducen su capacidad de drenaje. En algunos casos más extremos, las raíces de árboles cercanos pueden llegar a introducirse por grietas o uniones en la cañería, generando bloqueos importantes.

Para evitar estos inconvenientes, es fundamental adoptar algunas medidas preventivas. Colocar coladores en los desagües ayuda a filtrar los residuos sólidos antes de que lleguen a la cañería. También es importante no verter aceites ni grasas en el fregadero; lo ideal es dejarlos enfriar y desecharlos en la basura. Limpiar con regularidad el fregadero y retirar los restos de comida puede prevenir obstrucciones futuras.