Respira profundo antes de saber qué significa soñar con un familiar que falleció, según la psicología
Tener sueños con una persona que ya ha fallecido es una experiencia común que suele estar relacionada con el proceso de duelo y con emociones que aún no han sido resueltas. Según expertos en psicología, estos sueños funcionan como una forma que tiene el cerebro para asimilar la pérdida, revivir momentos compartidos o cerrar ciclos que quedaron pendientes.
¿Qué significa soñar con personas fallecidas?
Estos sueños pueden aparecer especialmente cuando hay sentimientos de nostalgia, situaciones de estrés o cambios importantes en la vida, y muchas veces actúan como símbolos de consuelo, guía o un impulso emocional interno. Generalmente, estos sueños reflejan el procesamiento de un duelo reciente o antiguo, el deseo de mantener una conexión emocional con la persona que ya no está, o la necesidad de resolver asuntos pendientes como disculpas no expresadas o palabras no dichas.

En algunos casos, el fallecido puede aparecer ofreciendo consejos o protección, lo que se interpreta como una guía simbólica. Además, estos sueños pueden ser un reflejo del estado emocional actual, particularmente cuando la persona atraviesa momentos de ansiedad, estrés o transiciones importantes. Si estos sueños se repiten o causan malestar, es recomendable llevar un registro de ellos anotando lo que se recuerda y las emociones que despiertan al despertar.
También es útil reflexionar sobre el contexto emocional personal para identificar posibles temas no resueltos. En casos en que los sueños sean muy frecuentes o perturbadores, consultar a un psicólogo especializado puede ser de gran ayuda para procesar el duelo y trabajar las emociones pendientes.
¿Por qué olvidamos los sueños?
La mayoría de los sueños se olvidan debido a cómo el cerebro funciona durante la fase REM del sueño, momento en el que se producen los sueños más intensos. En esta etapa, las áreas cerebrales encargadas de formar y almacenar recuerdos a largo plazo, como el hipocampo, están menos activas, lo que dificulta que los recuerdos de los sueños se consoliden.
Además, al despertar, el cerebro debe procesar toda la información recibida, pero las conexiones necesarias para retener esos recuerdos no son tan fuertes como cuando estamos despiertos. En muchos casos, el cerebro decide olvidar detalles oníricos para evitar una sobrecarga de información, especialmente si los sueños son confusos o poco relevantes para la vida consciente.

También existen diferencias individuales, ya que algunas personas recuerdan mejor sus sueños debido a factores como la atención prestada a estos, niveles de neurotransmisores como la serotonina y noradrenalina, o la activación de ciertas zonas del cerebro relacionadas con la memoria. En definitiva, el olvido de los sueños es algo común que responde a la manera en que el cerebro procesa la información durante el sueño REM y a la necesidad de filtrar detalles innecesarios para evitar saturarse.