Qué sucede al espolvorear bicarbonato de sodio en el inodoro y por qué cada vez más personas lo hacen
En la búsqueda de soluciones de limpieza eficaces y menos agresivas para el hogar, un simple ingrediente de cocina emerge como un poderoso aliado: el bicarbonato de sodio. Según expertos en el tema, incorporar este producto a la rutina semanal de limpieza del inodoro puede ofrecer múltiples beneficios que van más allá de lo superficial.
¿Qué beneficio tiene espolvorear bicarbonato de sodio en el inodoro?
El bicarbonato de sodio actúa como un agente de limpieza versátil, ayudando a mantener la higiene del inodoro sin recurrir a productos químicos fuertes. Una de sus funciones principales es la neutralización de olores, lo que contribuye a un ambiente más fresco y agradable en el baño.
Sus propiedades antibacterianas también son clave, ya que ayudan a combatir gérmenes y bacterias que suelen acumularse en el inodoro, contribuyendo a un entorno más saludable.

Además, el bicarbonato es un desincrustante natural. Sus propiedades efervescentes, especialmente cuando se combinan con vinagre blanco, ablandan y ayudan a desprender manchas difíciles y restos de sarro, facilitando la limpieza y dejando el inodoro reluciente.
Este proceso es sencillo y rápido: solo se necesitan dos o tres cucharadas de bicarbonato de sodio directamente en la taza del inodoro, dejándolo actuar durante unos veinte minutos para que sus propiedades hagan efecto.

Para potenciar la limpieza, se puede añadir un chorro de vinagre blanco, lo que generará una reacción espumosa que descompone la suciedad más adherida. Después de este tiempo, basta con frotar suavemente con el cepillo de baño y tirar de la cadena.
Este truco no solo es efectivo y económico, sino que también es una opción más sostenible y segura para quienes prefieren evitar los químicos agresivos. De esta forma, te asegurarás tener un inodoro reluciente sin gastar dinero.