Pocos lo saben: por qué el bronceado no protege, sino daña tu piel

El bronceado es la respuesta del cuerpo a un daño en la piel, no una forma de protección.
Pocos lo saben: por qué el bronceado no protege, sino daña tu piel
Exponerse al sol con altas temperaturas intensifica el daño celular y aumenta el riesgo de cáncer de piel. Foto: Canva
martes, 10 de junio de 2025

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La idea de que un bronceado es signo de buena salud es, en realidad, un mito peligroso. Así lo explica Susana Puig, dermatóloga de renombre y recién nombrada directora del Instituto de Investigación Biomédica August Pi i Sunyer (Idibaps). A lo largo de su carrera, Puig ha sido una firme defensora de la investigación traslacional. Sin embargo, insiste en que aún queda mucho por hacer, y subraya que la exposición a la radiación ultravioleta (UV) sigue siendo un factor central en el desarrollo del melanoma.


¿Por qué es peligroso broncearse?


Contrario a lo que muchos creen, el bronceado no es una protección natural, sino una señal de que la piel ya ha sufrido un daño. "Sin daño, no hay bronceado", afirma Puig. Cuando las células de la piel detectan daño en su ADN provocado por la radiación UV, desencadenan una respuesta para producir más melanina, el pigmento responsable del color oscuro.


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Esta respuesta busca proteger la piel de futuras agresiones, pero no evita el daño ya hecho. De hecho, recientes estudios apuntan a que la combinación de radiación ultravioleta con altas temperaturas, como ocurre en días calurosos de verano mientras uno se broncea, agrava aún más el deterioro celular.


Aunque la conciencia sobre los riesgos del sol ha mejorado, especialmente en el cuidado infantil, Puig cree que aún falta mucho por hacer en cuanto a la prevención efectiva: cambiar horarios de exposición solar, adaptar los recreos escolares en verano, y priorizar el uso de ropa, gorras y sombras por encima del protector solar. También alerta sobre el uso excesivo de productos cosméticos en adolescentes, influenciados por tendencias en redes sociales, que muchas veces dañan la piel más que protegerla.


¿Cómo prevenir el cáncer de piel?


La prevención del cáncer de piel requiere una protección constante frente a la radiación ultravioleta (UV), tanto la proveniente del sol como la emitida por fuentes artificiales, como las camas bronceadoras. Es fundamental evitar la exposición solar directa, especialmente durante las horas de mayor intensidad, entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde.


Para reducir el riesgo, se recomienda utilizar protector solar de amplio espectro con un SPF de 30 o más, aplicarlo media hora antes de salir al sol y reaplicarlo cada dos horas o después de nadar o sudar. Además, es aconsejable vestirse con ropa protectora, como camisas de manga larga, pantalones, sombreros de ala ancha y gafas con filtro UV, así como buscar sombra siempre que sea posible.


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También es clave evitar completamente las fuentes artificiales de rayos UV, como las lámparas solares y camas de bronceado, ya que incrementan el riesgo de lesiones en la piel. Realizar autoexámenes cutáneos con regularidad ayuda a detectar cualquier cambio en lunares o manchas nuevas, lo cual debe motivar una consulta médica si se nota algo inusual.


Por otro lado, adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta rica en frutas, verduras y alimentos integrales, evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol, también contribuye a proteger la piel. Para quienes tienen antecedentes familiares de cáncer de piel o una gran cantidad de lunares, es recomendable consultar periódicamente con un dermatólogo. Al seguir estas recomendaciones, es posible reducir significativamente la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.

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