Paso a paso: así puedes destapar el fregadero de la cocina sin gastar dinero

El fregadero de la cocina es un punto central en cualquier hogar y su correcto funcionamiento es esencial para la higiene y la comodidad. Sin embargo, uno de los inconvenientes más comunes y frustrantes es el atasco del desagüe, el cual impide el drenaje efectivo del agua y dificulta la limpieza.
Este problema, a menudo resultado de hábitos inadecuados al lavar los platos, puede generar acumulación de agua sucia y, en consecuencia, una mayor suciedad en la zona de trabajo. Incluso, puede comenzar a emerger mal olor producto de la acumulación de residuos. Afortunadamente, existen soluciones caseras efectivas para abordar este molesto problema.
Truco casero: cómo destapar el fregadero de la cocina
Entre las más destacadas por su simplicidad y eficiencia se encuentra el uso de la sal de cocina. Este ingrediente tan popular en la gastronomía demuestra ser un aliado inesperado para desobstruir tuberías. La técnica es directa, pero requiere conocer la proporción adecuada para garantizar su eficacia.
Para llevar a cabo esta tarea doméstica, solo necesitarás cuatro cucharadas de sal y una olla de agua hirviendo. El proceso es sumamente sencillo: primero, verter las cuatro cucharadas de sal directamente en el desagüe del fregadero. Inmediatamente después, añadir lentamente una olla de agua hirviendo sobre la sal.
La sinergia entre estos dos elementos es clave: la sal, gracias a su naturaleza abrasiva, actuará raspando la suciedad y los residuos adheridos a las paredes internas de las tuberías. Simultáneamente, el agua caliente cumplirá la función de disolver y arrastrar estos depósitos, permitiendo que el fregadero recupere su flujo normal. De esta forma, el problema estará solucionado y para que no vuelva a repetirse se recomienda evitar malas prácticas.
En este sentido, expertos señalan que la principal causa de las obstrucciones reside en el uso indebido del lavaplatos, especialmente en la gestión de las grasas. Una práctica muy extendida, y que resulta ser la más perjudicial, es verter aceite caliente directamente por el desagüe después de cocinar. Mientras está en estado líquido, el aceite fluye sin problemas. Aunque, al enfriarse dentro de la cañería, este se solidifica y se adhiere a las paredes internas, formando una capa que atrapa otros residuos y termina por crear una obstrucción.