Las fresas, reconocibles por su característico color rojo brillante y forma de corazón, son mucho más que una fruta sabrosa típica de la primavera y el verano. Este fruto destaca por su alto valor nutricional y por ofrecer múltiples beneficios para la salud. 

¿Dónde guardar las fresas?

Gracias a su contenido de potasio, antioxidantes y agua, ayudan a controlar la presión arterial y eliminar el exceso de sodio. También contribuyen a reducir el colesterol malo y los triglicéridos gracias a los polifenoles que contienen. Además, su aporte de flavonoides favorece la memoria y la función cognitiva, mientras que sus fibras y polifenoles ayudan a regular el azúcar en sangre. 

Al ser ricas en agua y fibra, también son aliadas en la pérdida de peso, ya que aumentan la saciedad. Por último, su alta concentración de vitamina C fortalece el sistema inmunológico. En cuanto a su conservación, existen métodos sencillos para prolongar su frescura. 

Una opción eficaz es almacenarlas en un recipiente con papel absorbente, manteniéndolas secas y sin lavar, con la tapa ligeramente abierta para evitar la acumulación de humedad. Otra alternativa es sumergirlas brevemente en una mezcla de agua con vinagre, lo que ayuda a eliminar bacterias y hongos, y luego secarlas bien antes de guardarlas. 

¿Cuánto tiempo se pueden mantener almacenadas las fresas?

Las fresas pueden mantenerse en buen estado durante unos 3 a 7 días si se almacenan adecuadamente en el refrigerador. Un aspecto clave es no lavarlas antes de guardarlas, ya que la humedad acelera su deterioro. Lo más recomendable es colocarlas en un recipiente hermético con papel absorbente en el fondo y encima, lo que ayuda a evitar que se humedezcan o se peguen entre sí. 

Si se desea conservarlas por más tiempo, las fresas también pueden congelarse, lo que resulta especialmente útil si se compran en grandes cantidades o cuando están en temporada. Congeladas enteras, pueden mantenerse en buen estado hasta por 8 meses, mientras que si se cortan en trozos su duración se reduce a aproximadamente 4 meses.

Para evitar que se peguen entre sí, lo ideal es congelar las fresas primero sobre una bandeja y luego pasarlas a una bolsa o recipiente hermético. Estos cuidados sencillos permiten extender su frescura y disfrutar de todo su sabor y propiedades nutricionales mucho después de haberlas comprado.