En muchos hogares, el router WiFi es un dispositivo que pasa desapercibido, y su ubicación suele elegirse por comodidad, disponibilidad de enchufes o simplemente por costumbre. Uno de los sitios más comunes para colocarlo es junto al televisor, especialmente en el salón, ya que es donde suelen concentrarse la mayoría de los dispositivos conectados a Internet. Sin embargo, esta práctica, que parece inofensiva, puede afectar negativamente el rendimiento de la red, ya que la posición del router influye directamente en la calidad y estabilidad de la señal WiFi.

¿Dónde NO colocar el router?

Aunque colocar el router cerca del televisor podría parecer una solución lógica para mejorar la conexión al ver contenidos en streaming o jugar en línea, lo cierto es que puede ser la causa de numerosos problemas de conectividad que pasan desapercibidos. Uno de los principales inconvenientes de ubicar el router junto al televisor es la posibilidad de interferencias. Ambos dispositivos pueden utilizar bandas de frecuencia similares, como la de 2.4 GHz en el caso del WiFi y el Bluetooth, lo que genera una competencia que afecta la calidad de la señal.

Además, el calor es otro factor a considerar. Tanto el router como el televisor generan temperatura al estar encendidos durante varias horas, y si se encuentran demasiado cerca, el calor acumulado puede sobrecalentar el router. Este exceso de temperatura no solo reduce su eficiencia, sino que también puede provocar bloqueos temporales o daños a largo plazo, afectando la velocidad y estabilidad de la red.

Para garantizar un buen funcionamiento del WiFi, es clave ubicar el router en una zona central del hogar, preferentemente elevada y alejada de obstáculos que puedan interferir con la señal, como paredes gruesas, metales, espejos o muebles grandes. También se recomienda evitar colocar el dispositivo en la cocina, ya que los electrodomésticos generan ondas que interfieren con la conectividad.

En los casos en los que no haya otra opción que colocarlo cerca del televisor, es fundamental dejar al menos metro y medio de separación, asegurar una buena ventilación, evitar saturar el entorno con señales inalámbricas adicionales y, si es necesario, recurrir a repetidores o redes Mesh para mejorar la cobertura. Aunque a menudo no le damos importancia, elegir correctamente la ubicación del router puede marcar una gran diferencia en el rendimiento de la conexión.

¿Cómo lograr que el WiFi funcione mejor?

Para mejorar el rendimiento de tu conexión WiFi, es fundamental tener en cuenta diversos factores que influyen en la calidad de la señal. Uno de los más importantes es la ubicación del router, que debe situarse en una zona central del hogar, elevada y alejada de obstáculos físicos como paredes gruesas o dispositivos electrónicos que puedan generar interferencias.

Colocarlo cerca de electrodomésticos como microondas o teléfonos inalámbricos puede afectar negativamente la señal, por lo que se recomienda mantenerlo en un espacio despejado y bien ventilado. También es útil optimizar la configuración del equipo. Cambiar el canal WiFi en caso de saturación, actualizar el firmware o ajustar las opciones de seguridad puede marcar una gran diferencia en el rendimiento.

Para ampliar la cobertura en zonas donde la señal no llega con fuerza, se puede recurrir a extensores de rango, repetidores o incluso sistemas de red Mesh, que ayudan a distribuir la conexión de forma más eficiente en toda la casa. Liberar el ancho de banda es otra estrategia útil: desconectar dispositivos que no estén en uso permite que otros aparatos tengan mejor acceso a la red.

Asimismo, reiniciar el router de manera periódica ayuda a eliminar fallos temporales y estabilizar la conexión. En los casos en que se necesite una conexión más veloz y estable, especialmente para tareas exigentes como videollamadas o trabajo remoto, conectar ciertos dispositivos por cable Ethernet es una excelente opción.