Mejor que el laurel: el amuleto del Feng Shui que permite atraer dinero y buena suerte

Aunque el laurel es una planta conocida por sus enormes propiedades energéticas. El Feng Shui revela que hay otro amuleto con el que podemos contar, caracterizado por su amplio abanico de beneficios. A continuación, te diremos de cuál se trata y cómo activarlo.

Feng Shui: este es el amuleto que no puede faltarte

La pulsera de los siete nudos ha ganado popularidad como un poderoso amuleto, un accesorio que se cree que protege contra las energías negativas y atrae la buena suerte. Aunque su origen se asocia a diversas culturas, como la India y el budismo tibetano, su significado central se mantiene: es un escudo contra la adversidad y un recordatorio de principios positivos en la vida.

Cada uno de los siete nudos en la pulsera tiene su propio simbolismo, representando deseos y principios fundamentales como el amor, la salud, la felicidad, el éxito, la amistad, la libertad y la sabiduría. Llevarla es una forma de mantener estos objetivos presentes en el día a día.

Según el Feng Shui, el color rojo es un elemento clave. Se elige porque se cree que este color atrae pasión, vigor y entusiasmo a la vida, ya sea en el ámbito laboral, personal o amoroso. Además, funciona como un escudo protector, creando una barrera contra situaciones adversas y la envidia, lo que la convierte en una herramienta de gran valor para quienes buscan un extra de protección.

Para que la pulsera cumpla su función, es fundamental activarla correctamente. Según esta filosofía asiática de origen taoísta, debe usarse en la muñeca izquierda, ya que se considera que este lado del cuerpo es el receptor de la energía, lo que permite que el amuleto absorba y neutralice las influencias negativas.

Al colocarla, se recomienda hacerlo con una intención clara y positiva, formulando un deseo o una oración por la protección personal y la buena fortuna. Además, se cree que su poder se intensifica cuando es un regalo, especialmente si proviene de una persona querida o de confianza, ya que el acto de obsequiarla le infunde una energía positiva adicional.