Los 3 líquidos que debés tomar entre 7 y 8 vasos por día para mejorar tu salud
Un estudio reciente ha puesto en relieve un hallazgo fascinante en el ámbito de la longevidad y la salud cardiovascular: la simple acción de beber entre siete y ocho vasos diarios de líquidos, alternando entre agua, café y té, puede ser un poderoso factor protector. Los resultados fueron contundentes.
Quienes adoptaron este hábito d beber mostraron una expectativa de vida superior y un riesgo notablemente menor de padecer enfermedades cardiovasculares o metabólicas, en comparación directa con aquellos que limitaban su ingesta solo al agua o mantenían una hidratación deficiente. Este descubrimiento subraya la importancia de la calidad, y no solo la cantidad, de nuestra ingesta diaria de fluidos.
El truco de salud sobre beber líquidos
La sabiduría popular siempre ha destacado al agua como el pilar fundamental de la hidratación. Sin embargo, la dietista especializada en longevidad, Ella Davar, enfatiza que el equilibrio es la clave para maximizar los beneficios para la salud. Ella explica que, si bien el agua establece la base, reemplazar estratégicamente una porción de esa ingesta con café o té puede potenciar significativamente los efectos positivos. La proporción ideal busca aprovechar las propiedades complementarias de cada uno de los tres líquidos al beberlos. Esta perspectiva sugiere que una hidratación óptima va más allá de saciar la sed.

El verdadero poder de este trío reside en los compuestos que el café y el té aportan, y que el beber agua, por sí misma, no puede ofrecer. Estas dos bebidas son ricas fuentes de antioxidantes esenciales, como los polifenoles, los ácidos clorogénicos y las catequinas. Estos compuestos bioactivos son conocidos por sus potentes efectos antiinflamatorios y protectores del sistema cardiovascular. Al consumirlos de forma combinada, estas tres bebidas trabajan en sinergia: mejoran la circulación sanguínea, regulan el metabolismo de manera más eficiente y brindan un soporte crucial al organismo frente al implacable proceso del envejecimiento celular.

Lo recomendable es iniciar el día y beber uno o dos vasos de agua natural para reactivar el cuerpo después del ayuno nocturno. Posteriormente, se pueden disfrutar de una o dos tazas de café durante la mañana, aprovechando su efecto estimulante para la concentración y la productividad. El resto del consumo diario debe completarse con tés, como el té verde o el negro, preferiblemente durante las horas de la tarde.