Lo dice la ciencia: este es el motivo por el que debes decir insultos y groserías a diario

Hay muchos estudios que la ciencia realiza sobre situaciones cotidianas que creemos que están mal. Entre ellos se exploró que la relación entre el uso de malas palabras y las emociones, revelando que las personas que las emplean con frecuencia suelen ser más honestas y auténticas.
¿Por qué es bueno decir insultos a diario?
Un estudio de la Universidad de Cambridge sugiere que el uso de insultos tiene beneficios para la gestión emocional y el cerebro. Se logró mostrar que quienes las usan tienden a ser más espontáneos y con menor propensión a mentir.
Aunque el lenguaje grosero suele considerarse inapropiado, los investigadores descubrieron que, en ciertos contextos, puede reflejar una expresión sincera de la opinión de alguien, debido a su naturaleza impulsiva y sin filtros. Además, el uso moderado de malas palabras en grupos cercanos, como amigos, familia o colegas, puede fortalecer las relaciones al simbolizar confianza y cercanía.
También se destaca que expresarse con malas palabras puede aliviar el dolor físico y emocional, mejorar la comunicación efectiva y ayudar a liberar emociones reprimidas, contribuyendo incluso a una mayor tolerancia al dolor. Sin embargo, el contexto y la situación son clave, ya que el uso excesivo puede ser percibido como una falta de respeto.
¿Cómo expresar mis sentimientos de manera correcta?
Para expresar tus sentimientos de manera efectiva, es importante aceptar tus emociones, usar un lenguaje claro y elegir el momento y lugar adecuado. Primero, reconoce que tus sentimientos son normales y no te culpes por lo que sientes; identifica el origen de tus emociones.
Luego, utiliza un lenguaje sencillo y directo, empleando el verbo "sentir" y describiendo tus emociones en primera persona para ser más preciso. Además, elige un contexto tranquilo y sin distracciones, enfocándote en la conversación y utilizando el lenguaje corporal, como sonreír y mantener contacto visual.
Practica la responsabilidad emocional al no culpar a los demás por cómo te sientes, y toma en cuenta las posibles consecuencias de tus reacciones antes de expresarlas. Para mejorar tu bienestar general, maneja el estrés a través de prácticas como la meditación, el yoga o el ejercicio regular.
Hay muchas "manías" que tienen las personas y sentimos que no se explican, sin embargo la ciencia nos ayuda a entenderlo o a normalizarlo. No te sientas solo y aprende a investigar o descubrir el origen de tu comportamiento.