La planta que no puede faltar en tu jardín y tienes que sembrar en octubre sí o sí
En la eterna competencia de las flores más apreciadas para embellecer jardines y terrazas, el jazmín y las rosas suelen acaparar la atención. Sin embargo, este año una planta surge con fuerza para convertirse en la favorita de la temporada: la lavanda. Más allá de su característico aroma, que invita a la calma y la relajación, la misma destaca por su capacidad de atraer abejas y mariposas, contribuyendo al equilibrio del ecosistema y sumando vida al entorno.
¿Por qué debes tener una lavanda en el jardín?
Una de las grandes ventajas de la lavanda es su resistencia y facilidad de cultivo. A diferencia de otras especies más exigentes, esta planta se adapta a una amplia variedad de suelos y soporta sin dificultades el calor intenso del verano, lo que la convierte en una opción ideal tanto para jardineros aficionados como para quienes disponen de poco tiempo para el cuidado de sus ejemplares. Sus flores de tonalidad lila no solo aportan un toque de color vibrante y frescura, sino que también prolongan su belleza durante varios meses.
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El periodo ideal para plantar lavanda es entre octubre y noviembre. Si se cultiva en esta época, florece entre diciembre y marzo, llenando el aire con su perfume inconfundible. Además, es una planta versátil: puede crecer tanto directamente en el suelo como en macetas o jardineras, siempre que reciba suficiente luz solar. Esto la hace perfecta para pequeños balcones urbanos o grandes patios, adaptándose a distintos estilos de vida y espacios.
Pero la lavanda no solo cumple una función ornamental; su impacto en el bienestar humano está ampliamente reconocido. El aroma de sus flores es utilizado en aromaterapia para inducir la relajación, mejorar la calidad del sueño y reducir el estrés. Incluso una simple ramita en el dormitorio puede marcar la diferencia en noches de insomnio o jornadas particularmente tensas.
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Además, la lavanda tiene usos prácticos: sus flores secas sirven para perfumar armarios, preparar infusiones relajantes o incluso como repelente natural de insectos. Así, esta planta se consolida como una aliada multifacética, capaz de transformar cualquier espacio exterior en un refugio de calma y belleza natural.