Aunque a veces lo pasamos por alto, la forma en que organizamos nuestro dormitorio puede influir más de lo que imaginamos en cómo descansamos. Algunos detalles, como la posición de la cama o los elementos decorativos, pueden tener un impacto directo en la energía del ambiente y en nuestra sensación de bienestar.

¿Dónde colocar la cama?

El dormitorio es un lugar clave para el descanso y el bienestar, y según el Feng Shui, su distribución influye directamente en nuestra salud física y emocional. Esta antigua filosofía china enfatiza que una correcta organización del espacio, especialmente la posición de la cama, puede marcar la diferencia entre un sueño reparador y uno alterado.

El arquitecto y experto en Feng Shui, Kike Clavería, advierte que ubicar la cama en la misma pared que la puerta de entrada es un error común, ya que interrumpe el flujo de energía, genera inseguridad inconsciente y afecta el descanso. Tampoco se recomienda colocarla frente a la puerta, conocida como la “posición del ataúd”, o debajo de una ventana, por los mismos motivos energéticos.

La mejor ubicación es en una pared lateral o diagonal a la puerta, manteniéndola a la vista pero sin estar alineada directamente con ella. Además, el Feng Shui sugiere evitar espejos frente a la cama y elegir colores suaves que favorezcan la relajación, buscando siempre un ambiente equilibrado y protector para dormir mejor.

¿Cómo implementar el Feng Shui en mi casa?

Aplicar el Feng Shui en el hogar implica más que una simple decoración; se trata de crear un entorno equilibrado y armonioso que favorezca el bienestar. El primer paso es eliminar el desorden y limpiar profundamente los espacios, ya que una casa ordenada permite que la energía fluya con mayor libertad.

Es importante prestar atención a la ubicación de los muebles: deben disponerse de forma que no obstaculicen el movimiento, privilegiando las formas redondeadas para suavizar el ambiente. La elección de colores influye directamente en el estado de ánimo, por lo que se sugiere optar por tonos cálidos o pasteles que generen una atmósfera relajante.

Las plantas, además de purificar el aire, en el Feng Shui aportan vitalidad y conexión con la naturaleza. Finalmente, mantener bien iluminados los espacios y cuidar especialmente el recibidor, que actúa como punto de entrada de la energía, puede hacer una gran diferencia en la armonía del hogar.