Feng Shui: el ritual con ingredientes de cocina que ahuyentará a la mala suerte
Dentro de las prácticas del Feng Shui, el antiguo sistema filosófico chino que busca armonizar los espacios, la combinación de perejil, agua y sal se presenta como un ritual sencillo pero poderoso.
Esta mezcla no es un simple remedio casero, sino un agente simbólico diseñado para limpiar los ambientes de energías negativas y atraer vibraciones de prosperidad y bienestar al hogar. Actúa como un escudo invisible que protege y renueva la atmósfera.

El ritual del Feng Shui que te protegerá de la mala suerte
Cada ingrediente de este ritual cumple una función específica, creando una sinergia que potencia su efecto purificador.
- Perejil: esta hierba, comúnmente utilizada en la cocina, es valorada en el Feng Shui por su supuesta capacidad para absorber las energías negativas del entorno. Se cree que actúa como una esponja espiritual, capturando las malas vibras y dejando el espacio libre de cualquier pesadez.
- Sal: la sal ha sido utilizada a lo largo de la historia en diferentes culturas como un neutralizador de energías densas y negativas. En este ritual, su poder es el de romper y disolver cualquier bloqueo energético o estancamiento que pueda estar afectando el flujo de energía en la casa.
- Agua: el agua es el símbolo universal de la fluidez, la renovación y el cambio. Su presencia en la mezcla no solo sirve como base líquida, sino que también representa la capacidad de la energía para moverse sin obstáculos, facilitando la limpieza y el flujo constante de buenas vibraciones.
Para realizar el ritual, debemos colocar la mezcla en un recipiente transparente. Este recipiente debe ubicarse en un rincón de la casa, preferiblemente cerca de la entrada principal, ya que es el punto por donde entran las energías. También se recomienda situarlo en lugares que se sientan pesados o donde haya habido discusiones o estrés.

Al combinar los tres elementos, se crea un potente imán para la buena fortuna y un purificador constante del ambiente. Al realizar este simple acto, no solo se busca un cambio físico en el hogar, sino también una intención consciente de atraer lo positivo y dejar ir lo que ya no sirve.