Esto sucede si colocas sal gruesa en el inodoro todos los días
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El inodoro es uno de los lugares con mayor acumulación de gérmenes, suciedad y malos olores en el baño. Para mantenerlo limpio, existe un método natural y poco conocido que utiliza sal gruesa.
¿Cómo limpiar el inodoro?
Gracias a sus propiedades antibacterianas y desodorantes, la sal ayuda a eliminar microorganismos, neutralizar olores y quitar manchas, especialmente de óxido. El truco consiste en verter una taza de sal gruesa en el inodoro antes de dormir y dejarla actuar toda la noche con la tapa cerrada.
Al día siguiente, se tira la cadena y, si se desea, se puede cepillar para eliminar residuos. También se puede potenciar el efecto mezclando la sal con bicarbonato de sodio.
Además de limpiar inodoros, la sal tiene múltiples aplicaciones en el hogar: elimina manchas de comida quemada, absorbe malos olores del refrigerador, desengrasa utensilios de cocina, limpia pisos y muebles de madera, y funciona como repelente natural contra insectos como hormigas y caracoles.
¿Cómo mejorar la limpieza del baño?
Para mantener el baño en condiciones óptimas, es esencial realizar una limpieza diaria que prevenga la acumulación de suciedad, manchas y malos olores. Esto implica el uso de productos específicos para baño, así como la desinfección regular de las superficies de mayor contacto, como grifos, lavamanos y el botón del inodoro.
El inodoro debe limpiarse diariamente con una escobilla y desinfectante, mientras que el lavamanos y los grifos requieren un paño húmedo y un detergente suave, prestando especial atención a las juntas. El piso y las paredes deben barrerse o aspirarse y luego limpiarse con un trapo humedecido en productos adecuados. En cuanto a la ducha o bañera, es recomendable usar limpiadores específicos, vinagre o bicarbonato de sodio para eliminar restos de cal y suciedad.
Además de la limpieza diaria, es necesario realizar limpiezas profundas periódicas. Esto incluye limpiar el desagüe con una mezcla de bicarbonato y vinagre para evitar malos olores, ventilar el baño abriendo ventanas para reducir la humedad y prevenir el moho, y lavar regularmente textiles como toallas, cortinas de baño y alfombrillas. Las superficies, como estantes y espejos, también deben mantenerse libres de polvo y manchas, utilizando paños de microfibra y productos adecuados.
La desinfección es otro aspecto clave. Las áreas de contacto frecuente deben higienizarse con regularidad, al igual que el inodoro, el bidet y la ducha o bañera, que pueden tratarse con desinfectantes específicos o vinagre diluido. También es importante eliminar productos vencidos, como cosméticos y artículos de aseo, ya que pueden ser un foco de bacterias.
Mantener el baño ordenado y libre de objetos innecesarios facilita la limpieza y mejora la apariencia del espacio. Por último, el uso de ambientadores o aceites esenciales contribuye a mantener un aroma fresco, y realizar limpiezas rápidas todos los días ayuda a evitar la acumulación de suciedad.