El truco para hacer yoga en la cama apenas te despiertas y mejorar tu día
La actividad física es un pilar fundamental para mantener el equilibrio entre la salud física y mental. En este panorama, el yoga se ha posicionado como una de las disciplinas más practicadas a nivel global. Sus beneficios van más allá de la mera flexibilidad, convirtiéndolo en una herramienta poderosa para transformar la rutina diaria, sobre todo en la cama.
Incorporar el yoga a tu rutina matutina tiene un impacto directo en cómo te sientes al levantarte. Aumenta tu energía, permitiendo que te sientas más despierto y listo para encarar las tareas del día. Además, esta práctica ayuda a mejorar la concentración, agudizando el enfoque y la claridad mental, y sirve como un excelente antídoto contra el estrés.
Hacer yoga en la cama
Para comenzar, una excelente postura de yoga es el Gato/Vaca sentado. Aunque tradicionalmente se realiza en cuadrupedia, puedes adaptarla para la cama. Simplemente siéntate y apoya tus manos sobre las rodillas. Al inhalar, arquea la espalda y mira hacia arriba (vaca), y al exhalar, redondea la columna y lleva el mentón hacia el pecho (gato). Este movimiento suave es perfecto para movilizar la columna vertebral y prepararla para el resto del día, liberando cualquier tensión acumulada durante la noche.

Continuando con la secuencia, los estiramientos laterales de torso en el yoga son ideales para despertar los costados de tu cuerpo. Entrelaza los dedos, estira los brazos por encima de la cabeza y, si lo deseas, mantén los índices y pulgares levantados. Inclínate suavemente hacia un lado, sintiendo cómo se alarga todo el costado del torso, y luego repite hacia el otro lado. Esta postura aumenta el flujo sanguíneo, despierta tus músculos y te da una sensación de amplitud y libertad en el cuerpo.

La postura de la Mariposa en el yoga es la siguiente en la lista, perfecta para abrir las caderas. Desde la posición sentada, junta las plantas de los pies y deja que las rodillas se abran hacia los lados. Puedes usar tus manos para sujetar los pies. Con la espalda larga, inclínate ligeramente hacia adelante, sintiendo un suave estiramiento en la parte interna de los muslos. Esta pose mejora la flexibilidad de la cadera y libera la tensión en la zona lumbar, puntos clave para quienes pasan mucho tiempo sentados.