El truco definitivo para que las papas fritas te salgan crujientes

Este método es la prueba de que los pequeños detalles en la cocina pueden marcar una gran diferencia
El truco definitivo para que las papas fritas te salgan crujientes
Papas fritas Foto: Canva
miércoles, 03 de setiembre de 2025

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Las papas fritas son un clásico universal, un placer simple que a menudo resulta decepcionante cuando se preparan en casa. ¿Quién no ha soñado con replicar esa textura dorada y crujiente de un restaurante? La clave, sin embargo, no está en la temperatura del aceite o en el tipo de papa, sino en un paso tan simple como inesperado. Esta receta, sencilla pero revolucionaria, es el truco a la búsqueda de unas papas fritas perfectas.

El primer paso de esta receta es fundamental para el éxito: lava y corta las papas en bastones de un tamaño uniforme. Esta uniformidad asegura que se cocinen de manera pareja, evitando que algunas queden crudas mientras otras se queman. Sin embargo, el verdadero truco de las papas fritas comienza a continuación.

Las receta ideal de papas fritas

Una vez transcurrido el tiempo de remojo, es vital escurrir y secar las papas fritas a conciencia. Utiliza papel de cocina o un paño limpio para eliminar toda la humedad superficial. Este paso es tan importante como el remojo, ya que cualquier gota de agua que quede en la superficie de la papa hará que el aceite salpique y que las papas queden blandas en lugar de crujientes. La paciencia en este punto es la diferencia entre el éxito y el fracaso.

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Ahora, estás listo para el paso final: la fritura de las papas fritas. Calienta el aceite a una temperatura alta y constante. Cuando el aceite esté listo, sumerge los bastones de papa con cuidado, sin sobrecargar la sartén. Fríe hasta que las papas estén doradas y crujientes, volteándolas ocasionalmente para asegurar un color uniforme. El remojo previo garantiza que la cocción sea más rápida y que el exterior se dore a la perfección mientras el interior permanece tierno y esponjoso.

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Una vez que las papas estén doradas, retíralas del aceite y déjalas escurrir en una rejilla o sobre papel de cocina. Este paso final elimina el exceso de grasa, lo que contribuye a la textura crujiente y evita que queden pesadas o aceitosas. Sirve las papas de inmediato para disfrutar de su textura perfecta, crujientes por fuera y suaves por dentro. Esta es la recompensa de tu esfuerzo: unas papas fritas que no tienen nada que envidiar a las de un restaurante.

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