El remedio casero de dos ingredientes que elimina hongos y alivia el cansancio de los pies
La búsqueda de alivio para los pies cansados, hinchados o con ciertas afecciones menores ha llevado a la popularización de remedios caseros sencillos y efectivos. Entre ellos, el baño de pies con dos ingredientes que tienes en la cocina se destaca como una solución infalible que sí o sí debes poner en práctica.
Cómo lavar los pies para aliviar molestias y eliminar hongos
Expertos coinciden en que lavar los pies con bicarbonato de sodio y sal se destaca como una solución accesible y con múltiples beneficios.
Uno de los principales motivos para realizar este tipo de baño es su capacidad para suavizar la piel. La combinación de bicarbonato y sal contribuye a ablandar las durezas, callosidades y la piel áspera de los pies, facilitando su posterior eliminación con una piedra pómez o un exfoliante suave. Esto deja la piel con una sensación mucho más tersa y renovada.
Además de la suavidad, este lavado es conocido por sus propiedades desodorantes y antifúngicas. El bicarbonato de sodio, en particular, ayuda a neutralizar los malos olores al alterar el pH del ambiente donde proliferan las bacterias causantes del olor. La sal, por su parte, posee cualidades antisépticas que pueden ayudar a prevenir o combatir infecciones fúngicas leves, como el pie de atleta, creando un ambiente menos propicio para su desarrollo. Esta acción combinada no solo mejora la higiene, sino que también ofrece un alivio para la picazón y la irritación.
El efecto relajante es otro beneficio importante de este remedio casero. Sumergir los pies en agua tibia con bicarbonato y sal proporciona una sensación de alivio y confort inmediato para los pies cansados o doloridos después de un largo día.
Para realizar este lavado, el proceso es sencillo:
- Llenar un recipiente con agua tibia, asegurándote de que cubra tus pies hasta los tobillos.
- Añadir media taza de bicarbonato de sodio y un cuarto de taza de sal al agua.
- Remover hasta que los ingredientes se disuelvan.
- Sumergir los pies durante 15 a 20 minutos.
- Al finalizar, secar bien los pies, prestando especial atención entre los dedos.
