El motivo por el que comer frutas puede afectar tu salud

La fruta es, sin duda, un pilar de una dieta equilibrada, aclamada por sus vitaminas, fibra y antioxidantes. Se asocia comúnmente con la vitalidad y una vida con salud más larga. Sin embargo, la premisa de que “mientras más, mejor” puede ser un error grave en la alimentación.

El principal culpable de este fenómeno es la fructosa, el azúcar natural que se encuentra en las frutas. Aunque el cuerpo humano necesita carbohidratos para obtener energía, un consumo desmedido de fructosa puede afectar tu salud. Si la ingesta de fructosa supera la capacidad de procesamiento de este órgano, el exceso se convierte rápidamente en grasa.

Atención al comer frutas

Este mecanismo de conversión es lo que hace que el consumo excesivo de fruta sea problemático. La acumulación de grasa resultante puede depositarse en el hígado, llevando a condiciones como el hígado graso no alcohólico. Esta grasa también puede acumularse en otras partes del cuerpo, contribuyendo al aumento de peso y al desarrollo de problemas metabólicos. Apenas 30 gramos adicionales de carbohidratos diarios, una cantidad fácilmente alcanzable con una porción extra de fruta, pueden resultar en una ganancia de peso significativa a lo largo del año.

Con el tiempo, la acumulación constante de grasa en el hígado y el aumento de peso pueden desencadenar una condición peligrosa: la resistencia a la insulina. Esta es una situación en la que las células del cuerpo dejan de responder de manera efectiva a la insulina, la hormona encargada de regular el azúcar en la sangre. La resistencia a la insulina es un factor de riesgo importante para el desarrollo de la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, que pueden reducir significativamente la esperanza de vida afectada por las frutas.

Es importante destacar que no todas las frutas tienen la misma cantidad de fructosa. Frutas como los higos, las uvas y los mangos son particularmente ricas en este azúcar. Por otro lado, bayas como las fresas y los arándanos, así como los aguacates y los limones, tienen un contenido mucho menor. Para una dieta saludable, es más prudente optar por la variedad y la moderación, seleccionando frutas con menor contenido de azúcar y complementando con otros grupos de alimentos.