El motivo por el que cada vez más personas pintan los troncos de sus árboles con pintura blanca

Los troncos pintados de blanco no solo embellecen el paisaje urbano, sino que también protegen a los árboles.
El motivo por el que cada vez más personas pintan los troncos de sus árboles con pintura blanca
Pintar los árboles es una práctica sencilla pero poderosa que ayuda a prolongar su vida y mantener saludable el entorno que compartimos. Foto: Canva
viernes, 25 de julio de 2025

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Es común observar que muchos árboles en plazas o avenidas presentan sus troncos pintados de blanco, y aunque a simple vista pueda parecer una elección meramente estética, en realidad esta práctica tiene un propósito muy importante relacionado con el cuidado y la conservación de los árboles y su entorno.


¿Por qué pintar árboles de blanco?


La pintura blanca cumple una función protectora clave: ayuda a prevenir el ataque de plagas e insectos que podrían dañar la corteza y comprometer la salud del árbol, además de dificultar la aparición de hongos y bacterias que suelen prosperar en este tipo de superficies.

Uno de los principales beneficios de pintar los troncos de blanco es su capacidad para regular la temperatura.


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Gracias a que este color refleja la luz solar, se evita el sobrecalentamiento de la corteza durante los días calurosos, algo especialmente útil en zonas urbanas donde el asfalto y las edificaciones intensifican el calor. Durante el invierno, esta capa blanca también actúa como aislante, ayudando a reducir las variaciones bruscas de temperatura que pueden provocar grietas en la corteza, protegiendo así la estructura del árbol.


Esta técnica resulta esencial en los entornos urbanos no solo para prolongar la vida de los árboles, sino también porque contribuye a un ambiente más saludable y armónico para las personas que habitan o transitan esos espacios. Incluso en jardines domésticos, se recomienda su uso por los efectos positivos que aporta, tanto estéticamente como en términos de bienestar ambiental.


En cuanto a los materiales, la pintura utilizada suele prepararse con cal hidratada disuelta en agua, a la cual a veces se le agrega sulfato de cobre o insecticidas naturales para reforzar su acción protectora. Se aconseja aplicar esta mezcla entre una y dos veces al año, preferentemente al inicio del verano y del invierno, que son los momentos en los que los árboles enfrentan mayores desafíos climáticos. A pesar de su simpleza, esta práctica de mantenimiento tiene un impacto notable en la salud y longevidad de los árboles.


¿Cómo cuidar un árbol?


Cuidar un árbol requiere atención constante y conocimiento sobre sus necesidades específicas. Es esencial proporcionarle suficiente agua, especialmente en sus primeras etapas de crecimiento, asegurándose de que el suelo tenga buen drenaje para evitar la pudrición de las raíces. También es importante conocer qué cantidad de luz solar necesita según su especie, ya que algunas requieren pleno sol y otras, sombra parcial.


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La poda cumple un rol clave en su salud, ya que permite eliminar ramas muertas o enfermas, aunque debe hacerse en el momento adecuado y sin excesos para no debilitar el árbol. Protegerlo de plagas y enfermedades implica revisarlo con frecuencia y actuar rápidamente si se detectan signos de daño, utilizando tratamientos adecuados o consultando a un especialista. Mantener limpia el área alrededor del tronco, retirar malezas y aplicar mantillo también contribuye a conservar la humedad y evitar la competencia por nutrientes.


Además, es importante educar a niños y adultos sobre la importancia de los árboles, involucrándolos en su cuidado. Si se trasplanta un ejemplar, se debe cavar un hoyo adecuado y compactar bien la tierra. En zonas con vientos fuertes, puede ser necesario entutorarlos. Finalmente, evitar dañar el tronco con herramientas o colocar objetos sobre él es clave para prevenir heridas que podrían facilitar el ingreso de plagas.

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