El momento exacto en el que debes cortar el césped por última vez antes del invierno
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Con la llegada del otoño y las primeras heladas, el crecimiento del césped comienza a disminuir progresivamente. Esto lleva a muchas personas a preguntarse cuál es el momento adecuado para realizar el último corte.
¿Cuándo cortar el césped?
Los especialistas señalan que la temperatura es clave: cuando baja de los 10 °C, el césped prácticamente deja de crecer. Por eso, se recomienda hacer el último corte justo antes de la primera helada, preferentemente cuando el césped esté seco.
En esta estación, el césped deja de crecer en altura y se ensancha, por lo que mantener una rutina de riego sigue siendo importante. Una vez iniciado el frío intenso, es mejor dejarlo descansar para evitar daños visibles más adelante. Si se necesita cortar por motivos estéticos, lo ideal es mantener la altura habitual: unos 5 centímetros. En cuanto a la frecuencia, lo aconsejable es hacerlo entre dos y tres veces al mes, dependiendo del crecimiento y del clima. Los mejores horarios para cortar son entre las 8 y 10 de la mañana o entre las 4 y 6 de la tarde.
¿Cómo cuidar el césped de mi jardín?
El cuidado adecuado del césped requiere atención constante y equilibrada en varias áreas clave. Un riego profundo pero poco frecuente ayuda a desarrollar raíces más fuertes, siendo ideal hacerlo a primeras horas del día para evitar la evaporación excesiva. El corte debe realizarse con regularidad, pero sin exceder un tercio de la longitud del césped por vez, alternando la dirección en cada ocasión para fomentar un crecimiento uniforme.
El abonado es fundamental desde la primavera, cada cuatro o cinco semanas, utilizando fertilizantes ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, o alternativas orgánicas como compost o estiércol. Para mantener el césped sano, es importante airear el suelo con herramientas adecuadas, lo que mejora la oxigenación de las raíces.
También se recomienda dejar una capa de mantillo con los recortes, ya que ayuda a conservar la humedad y nutre la tierra. Además, es esencial controlar las malas hierbas de forma periódica para evitar que compitan por nutrientes.
En zonas donde el césped no prospera fácilmente, conviene considerar plantas de cobertura resistentes y de bajo mantenimiento. Finalmente, un análisis de suelo puede ofrecer información valiosa para ajustar el cuidado según las necesidades específicas del terreno.