El método de jardinería que jamás falla para podar un jazmín y multiplicar su floración
El jazmín es una de las plantas más apreciadas en la jardinería, valorado universalmente por su fragancia inconfundible y su potencial para una floración exuberante. Sin embargo, lograr que esta especie trepadora se cubra completamente de flores con una intensidad explosiva requiere de una técnica de cuidado muy específica que va más allá del riego y la exposición solar: la poda estratégica.
Así debes podar tu jazmín para potenciar su crecimiento
Especialistas en jardinería señalan que la clave para un florecimiento abundante reside en estimular la formación de nuevos brotes, ya que son estos tallos jóvenes los responsables de generar las flores.
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Cuando un jazmín crece sin ser podado, tiende a volverse desordenado, y sus ramas viejas y secas consumen valiosa energía que podría destinarse a la floración. Podar no solo mantiene la planta estéticamente controlada, sino que también optimiza la circulación del aire y la entrada de luz, factores vitales para que el ejemplar concentre toda su vitalidad en producir capullos.
El método más efectivo consiste en realizar una poda ligera y altamente selectiva inmediatamente después de que el jazmín ha terminado su primera gran oleada de floración. Esta intervención busca forzar una respuesta rápida en la planta.

La técnica debe enfocarse en tres acciones principales:
- Saneamiento: es fundamental cortar las ramas débiles, secas o enfermas que ya no producirán brotes, mejorando la salud general de la planta.
- Estimulación: recortar de manera ligera las puntas de las ramas más largas impulsa el crecimiento de nuevos tallos laterales, que son los que florecerán.
- Redirección de energía: eliminar rápidamente las flores marchitas evita que la planta gaste nutrientes en el desarrollo de semillas y, en su lugar, redirige esa energía hacia la creación de nuevos capullos florales.
Todos los cortes deben realizarse preferiblemente en un ángulo de 45 grados, justo sobre un nudo de hoja, asegurando así una cicatrización adecuada y un rebrote fuerte y vigoroso.