El hábito nocturno danés que reduce tu estrés y mejora el sueño
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La filosofía danesa conocida como Hygge se traduce como una forma de vivir centrada en la calidez, la intimidad y el disfrute de los pequeños placeres cotidianos, especialmente en un entorno doméstico acogedor. Este enfoque del bienestar demuestra que no se necesitan grandes lujos para reducir el estrés y alcanzar un estado de calma.
¿Cómo dormir mejor según la filosofía danesa?
Según el experto en sueño Javier Albares, citado por la edición italiana de Vogue, el equilibrio del día influye directamente en la calidad del descanso nocturno. Por eso, practicar Hygge en las horas previas al sueño, alejándonos del bullicio digital y priorizando momentos tranquilos, es clave para preparar al cuerpo para descansar.
El autor danés Meik Wiking, en su libro Hygge. El camino danés a la felicidad, propone transformar cenas rutinarias y dispersas, marcadas por el uso del móvil o la televisión, en rituales conscientes que prioricen la conversación significativa. Alejarse de los dispositivos electrónicos y conectar genuinamente con quienes nos rodean genera un entorno íntimo que, según estudios de las universidades de Arizona y Washington, está vinculado a mayores niveles de felicidad.
Las conversaciones profundas con personas cercanas promueven la liberación de hormonas del bienestar como la serotonina, dopamina, oxitocina y endorfinas, al tiempo que reducen el cortisol, la hormona del estrés. Para crear una cena en estilo Hygge, se recomienda optar por mesas redondas que fomenten la igualdad entre comensales, iluminación cálida y tenue que contribuya al confort sensorial, y elementos decorativos suaves como mantas, alfombras o cojines que generen una atmósfera acogedora.
¿Cómo combatir el insomnio?
Para enfrentar el insomnio, es clave adoptar hábitos saludables que favorezcan el descanso. Establecer una rutina nocturna relajante, como leer, tomar un baño caliente o meditar, ayuda a preparar el cuerpo para dormir. Igualmente importante es mantener un ambiente propicio para el sueño: un dormitorio oscuro, silencioso, fresco y libre de distracciones como pantallas. Regular la alimentación también influye, evitando cenas pesadas, cafeína y alcohol antes de acostarse.
La actividad física regular, sin ejercitarse intensamente por la noche, y la práctica de técnicas de relajación como la respiración profunda o la relajación muscular progresiva, pueden mejorar la calidad del sueño. Es recomendable evitar las siestas largas durante el día, ya que pueden interferir con el descanso nocturno. Algunas personas encuentran alivio en tratamientos como la acupuntura o el uso de remedios naturales como la melatonina o infusiones relajantes.
En casos persistentes de insomnio, lo más adecuado es consultar a un profesional de la salud. Este puede identificar causas médicas subyacentes y sugerir tratamientos eficaces, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o, si es necesario, el uso de medicamentos. La atención médica especializada es fundamental para tratar el insomnio crónico y mejorar de manera sostenible la calidad del sueño.