El estilo de Kate Middleton, Princesa de Gales, ha evolucionado hacia una estética más sobria, elegante y atemporal, reflejando una clara preferencia por la simplicidad refinada. En los últimos tiempos, ha optado por looks de líneas limpias y tonos neutros como marrones, burdeos y negros, alejándose de los trajes vibrantes que solía lucir en años anteriores.

El estilo de Kate Middleton

Esta inclinación por la discreción no ha pasado desapercibida, y se interpreta como un intento deliberado de dar mayor protagonismo a su labor institucional por encima de su vestimenta. Aun así, su influencia en la moda sigue siendo innegable. Conocido como el "efecto Kate", cualquier prenda que viste tiende a agotarse rápidamente, demostrando su impacto como ícono de estilo.

Diseñadores como Petar Petrov elogian su capacidad para lucir moderna sin renunciar a la naturalidad, lo que la vuelve aún más cercana y relevante. Su gusto por mezclar piezas de lujo con prendas accesibles, además de su habilidad para reutilizar ropa de manera creativa, la han convertido en referente de un lujo silencioso, sofisticado y consciente. En resumen, Kate Middleton representa una nueva forma de elegancia real: sobria, funcional y profundamente influyente.

¿Cómo armar un armario minimalista?

Para construir un armario minimalista, lo primero es hacer una limpieza profunda y deshacerse de toda aquella ropa que no se usa, no queda bien o simplemente ya no gusta. Una buena estrategia puede ser el método 333, que consiste en seleccionar solo 33 prendas para usar durante tres meses, dejando fuera la ropa interior, pijamas y ropa deportiva. También se puede tener en cuenta la regla del 80/20, que sugiere que solemos usar solo el 20% de nuestra ropa el 80% del tiempo.

Una vez hecho el descarte, es importante centrarse en prendas básicas y versátiles, en tonos neutros como blanco, negro, beige, gris o tierra, que puedan combinarse fácilmente entre sí. Se recomienda priorizar cortes clásicos y prendas atemporales como camisetas lisas, camisas, jeans, blazers y vestidos sencillos.

La organización también juega un papel clave: lo ideal es ordenar el armario por categorías (como tops, pantalones, vestidos) y luego por colores, utilizando organizadores, colgadores y cajas para aprovechar mejor el espacio. Guardar la ropa de otras estaciones en bolsas al vacío o cajas también ayuda a mantener el orden. En cuanto a las compras, es fundamental planificarlas con antelación, evitando las compras impulsivas. Elegir prendas de buena calidad, duraderas y realmente necesarias es esencial, así como limitar el número de adquisiciones a unas 40 piezas por temporada.

Aunque el armario minimalista se basa en la simplicidad, no está prohibido incorporar estampados o colores llamativos de forma puntual, siempre que la base se mantenga neutra. Finalmente, cada persona puede adaptar el número de prendas a su estilo de vida, priorizando siempre la funcionalidad, la comodidad y la coherencia en su estilo personal.