El asqueroso motivo por el que debes cambiar la toalla del baño constantemente

Aumentar la frecuencia de lavado de la toalla es una medida preventiva crucial para evitar que la situación empeore
El asqueroso motivo por el que debes cambiar la toalla del baño constantemente
Toalla Foto: Canva
martes, 02 de setiembre de 2025

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La toalla es un elemento que siempre dice presente en el baño pero no todas las personas le prestan la atención necesaria. Y no estamos hablando de cómo pega con la decoración del lugar, sino de una cuestión higiénica y de salud. Es que los especialistas recomiendan cambiarla constantemente por un motivo totalmente asqueroso, que seguramente ahora comenzarás a respetar.

Cada vez que sales de la ducha, te envuelves en tu toalla y sientes esa agradable sensación de limpieza y calidez. Pero, ¿realmente estás tan limpio como crees? Lo que a simple vista parece un objeto inofensivo en el baño y reconfortante es en realidad un caldo de cultivo para microorganismos. Ignorar este hecho puede tener consecuencias directas en tu piel y tu salud.

Cada cuánto cambiar la toalla del baño

La razón principal para la limpieza frecuente de las toallas —idealmente cada dos o tres usos— es su contacto directo con las partes más íntimas de nuestro cuerpo. Al secarnos, las toallas no solo absorben el agua, sino que también recogen una gran cantidad de células muertas, aceites corporales y microorganismos que se desprenden de nuestra piel. Estos residuos, combinados con la humedad, crean las condiciones ideales para que las bacterias y los hongos se multipliquen a una velocidad sorprendente. No subestimes la cantidad de vida microscópica que está prosperando en tu toalla.

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Además de la frecuencia de lavado, la forma en que secas la toalla también tiene un impacto enorme en su nivel de higiene. Los especialistas recomiendan encarecidamente colgar la toalla en una barra en lugar de un gancho. La diferencia es simple pero fundamental: una barra permite que el aire circule por toda la superficie del tejido, facilitando un secado completo y rápido. Por el contrario, un gancho mantiene la toalla doblada y arrugada, dejando grandes áreas húmedas donde las bacterias y los hongos pueden prosperar sin obstáculos.

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Cuando una toalla permanece húmeda por mucho tiempo, comienza a desprender ese olor a humedad característico y desagradable. Este olor es un claro indicador de que la toalla está albergando una colonia de bacterias y moho. Lavarla con agua caliente y un buen detergente es la única forma de eliminar estos microorganismos. Si bien muchos creen que una toalla que no huele mal está limpia, la realidad es que muchos patógenos no tienen olor, por lo que es mejor no fiarse solo del olfato.

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