Dile adiós al mal olor en casa: así puedes preparar un simple perfume casero

Los aromas en una casa no solo reflejan su carácter, sino que también son un factor crucial que afecta la percepción de limpieza y el bienestar emocional de sus ocupantes. Contar con espacios con fragancias agradables influye positivamente en el estado de ánimo, además de crear una atmósfera acogedora tanto para quienes viven allí como para cualquier visita. Por este motivo, a continuación, aprenderás a crear un perfume casero para aromatizar el hogar.

Paso a paso: así puedes crear un maravilloso y delicioso perfume casero

Una excelente alternativa a los ambientadores comerciales, a menudo cargados de sustancias químicas, es la creación de un perfume casero para la habitación. Este truco sencillo permite disfrutar de un descanso envuelto en un aroma limpio, utilizando ingredientes básicos que generalmente se encuentran disponibles en casa.

Los elementos necesarios para elaborar este aromatizador son: un aceite vegetal que sirva de portador (como el aceite de girasol o de almendras dulces), aceites esenciales de cualquier preferencia personal y varillas de ratán.

El primer paso consiste en mezclar aproximadamente 50 mililitros del aceite vegetal base con varias gotas de un aceite esencial a elección, pudiendo optar por fragancias como lavanda, jazmín o naranja.

Una vez combinados los ingredientes, la mezcla se vierte en un recipiente que puede ser un viejo difusor o, en su defecto, un pequeño frasco de vidrio. Luego, introducir las varillas de ratán en el líquido. Estas varillas se encargarán de absorber el aceite y liberar lentamente el perfume en el ambiente.

En cuanto a la colocación, situar el frasco en un punto estratégico para asegurar una difusión efectiva, como la mesa de noche de la habitación. No obstante, si la concentración del aroma resulta demasiado intensa cerca de la cama, es mejor ubicarlo en una repisa o un escritorio que se encuentre más alejado.

Adicionalmente a este difusor, existen otras costumbres para garantizar que el hogar siempre tenga un olor fresco y limpio. Es imprescindible ventilar la casa diariamente, abriendo las ventanas por al menos diez minutos para facilitar la circulación del aire. Otra práctica altamente beneficiosa es cultivar plantas aromáticas, como el romero, el laurel o la menta, que aportan frescura natural al ambiente.