En tiempos donde el maquillaje recargado va quedando atrás, un viejo truco vuelve a ganar protagonismo entre celebridades y maquilladores profesionales. Se trata de una técnica sencilla y casi imperceptible que redefine la mirada usando un producto inesperado: la sombra de cejas.

Aunque este recurso no es nuevo, su regreso se debe a que muchas figuras del espectáculo lo están adoptando en eventos de alto perfil.

¿Cómo conseguir una mirada sensual?

Aplicar una pequeña cantidad de sombra de cejas, de tono frío y mate, justo en la cuenca del párpado, desde el centro hacia el extremo externo del ojo. Esto se hace con una brocha suave tipo "blending", logrando una apariencia más almendrada, descansada y sofisticada, todo sin necesidad de delineador.

Lo que distingue esta técnica es el uso de sombras para cejas, que a diferencia de las sombras convencionales, no contienen brillo y tienen un subtono neutro o grisáceo. Eso evita endurecer los rasgos, creando un efecto natural y favorecedor, como si se tratara de un ligero contorno en el párpado.

El procedimiento es rápido: basta con aplicar una mínima cantidad de producto, difuminar bien para evitar líneas marcadas y, si se desea, completar con máscara de pestañas o un toque de iluminador en el lagrimal. Ideal para quienes buscan resaltar la mirada sin parecer demasiado maquilladas, este truco se posiciona como el nuevo imprescindible en rutinas exprés.

¿Cómo utilizar sombra de ojos según mi tono?

En el caso de los ojos azules, los tonos cálidos como naranjas, marrones o rojizos tienden a intensificar su brillo natural. Los ojos verdes se benefician de sombras moradas, borgoñas o marrones cálidos, que acentúan su color de forma vibrante. Los ojos marrones, por su parte, son los más versátiles y combinan bien con casi todos los colores, mientras que los ojos negros suelen lucir mejor con tonos neutros como beige, gris o negro, que resaltan su profundidad sin sobrecargar la mirada.

El tono de piel también es determinante a la hora de elegir sombras. Las pieles claras suelen armonizar con tonos suaves como el rosa, verde claro o lavanda. En pieles medianas, los tonos tierra, bronce y dorados son ideales, ya que aportan calidez. Para pieles oscuras, los colores intensos como berenjena, azul marino, esmeralda o terracota se convierten en aliados potentes.

En cuanto a la técnica de aplicación para tus ojos, lo recomendable es empezar por una sombra de transición ligeramente más oscura que el tono de piel, aplicada en la cuenca del ojo para generar profundidad. Luego, se puede añadir el color elegido en el párpado móvil y un tono claro bajo el arco de la ceja y en el lagrimal, para iluminar la mirada.