Descubre el horario más saludable para dormir una siesta
Existen miles y miles de técnicas que las personas utilizan para mejorar la salud. Muchos optan por seguir la corriente farmacéutica, mientras que otra tendencia apunta a informarse de una forma más natural. En ese último mundo, hay que saber sobre el mejor momento del día para dormir una buena siesta.
Descansar ayuda mucho a mejorar la salud. Hacerlo en forma diario puede mejorar notablemente la situación de los individuos proporcionándole datos y herramientas ventajosas. Si eres de ellos, debes conocer el consejo de los expertos en salud sobre el horario más saludable para dormir una siesta.
Dormir una siesta saludable
Tomar una siesta puede ser una herramienta poderosa para recargar energías y mejorar la productividad, siempre y cuando se haga en el momento y por la duración adecuados. Los especialistas en sueño han determinado que el horario más beneficioso para una siesta reparadora se encuentra entre la una y las cuatro de la tarde. Este período coincide con una caída natural en los niveles de energía del cuerpo, alineándose con nuestro ritmo circadiano y ofreciendo una ventana óptima para el descanso sin comprometer la salud el sueño nocturno.
La duración de esta siesta es tan crucial para la salud como el horario. Para obtener los máximos beneficios sin caer en la inercia del sueño profundo, se recomienda que la siesta dure entre 10 y 15 minutos. Más allá de este lapso, corres el riesgo de entrar en etapas de sueño más profundas, lo que podría dificultar despertarte y dejarte aturdido, o incluso interferir con tu capacidad para conciliar el sueño por la noche. Una siesta corta, en cambio, te permite despertar renovado y más alerta.
Esta recomendación se basa en la comprensión de cómo funciona nuestro ritmo circadiano, el reloj interno que regula nuestros ciclos de alerta y somnolencia a lo largo del día. La mayoría de las personas experimentan una disminución natural de energía y un aumento de la somnolencia en el horario de la tarde. Esta fatiga en la salud no se debe únicamente a la digestión de la comida, sino que es una parte inherente de nuestro ciclo biológico de sueño-vigilia.
