Descubre cómo usar cáscaras de banana para eliminar hormigas
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Las hormigas cumplen funciones esenciales en la naturaleza: airean la tierra, contribuyen a la dispersión de semillas, favorecen la polinización de ciertas especies vegetales y colaboran en la descomposición de materia orgánica. No obstante, dentro del hogar o el jardín pueden convertirse en una molestia, e incluso en una plaga difícil de controlar.
¿Cómo eliminar las hormigas?
Para prevenir su proliferación sin recurrir a productos químicos, existe un truco casero, ecológico y económico que utiliza cáscaras de banana en combinación con ácido bórico, un ingrediente que se puede conseguir fácilmente en farmacias o droguerías. Esta preparación resulta efectiva para ahuyentar a las hormigas y evitar que regresen.
En medio litro de agua caliente se disuelve una cucharada de ácido bórico. Luego se sumergen cáscaras de plátano en la mezcla durante 12 horas.
Después de escurrirlas, se cortan en pequeños trozos que se colocan en las zonas donde transitan las hormigas. Atraídas por el plátano, las hormigas transportan los pedazos al hormiguero, donde el ácido bórico actúa como agente disuasorio, forzándolas a abandonar el nido.
Este remedio casero no solo combate eficazmente la presencia de hormigas, sino que también protege el medio ambiente y evita el uso de productos tóxicos en el hogar.
¿Qué enfermedades trasmiten las hormigas?
Aunque las hormigas no transmiten enfermedades graves como la malaria o la enfermedad de Lyme, sí pueden representar un riesgo para la salud al transportar bacterias, hongos y virus. Al caminar sobre alimentos o superficies de la cocina, estos insectos pueden contaminar lo que tocan con patógenos como E. coli o Salmonella, lo que podría provocar infecciones gastrointestinales si se consumen esos alimentos.
Además, algunas personas son alérgicas a las picaduras de hormigas, lo que puede causar reacciones como urticaria, inflamación, dificultades respiratorias e incluso, en casos extremos, anafilaxia. Las lesiones causadas por las picaduras también pueden derivar en infecciones secundarias si no se higienizan adecuadamente. Por ello, aunque no sean portadoras directas de enfermedades graves, su presencia en el hogar no debe subestimarse.