Dermatólogos revelan cuántas veces al día debes lavarte la cara para no dañar la piel
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Especialistas en dermatología recomiendan lavar el rostro dos veces al día para mantener una piel saludable y evitar daños. Según la American Academy of Dermatology (AAD), lo ideal es hacerlo por la mañana y por la noche, además de después de realizar actividades físicas intensas que generen sudor. Esta práctica ayuda a eliminar suciedad, grasa y otras impurezas acumuladas, preparando la piel para absorber mejor los productos de cuidado como sérums o cremas hidratantes.
¿Cuántas veces se deben lavar el rostro?
Sin embargo, limpiar la piel con demasiada frecuencia puede ser contraproducente, ya que elimina los aceites naturales que protegen la barrera cutánea, provocando resequedad, irritación y un posible aumento en la producción de grasa para compensar. Esto puede ser especialmente problemático para quienes tienen piel propensa al acné. Además, el uso de productos agresivos o técnicas de limpieza muy intensas puede agravar estos efectos negativos.
Los signos de que se está lavando el rostro en exceso incluyen sensación de tirantez, enrojecimiento, descamación, ardor o mayor sensibilidad. También puede notarse que la piel se vuelve más grasosa poco después del lavado, una señal de que intenta protegerse. En estos casos, se aconseja reducir la frecuencia de lavado y optar por productos suaves, libres de alcohol y fragancias irritantes.
Para un cuidado efectivo, los expertos sugieren utilizar limpiadores delicados aplicados con movimientos suaves y circulares, enjuagar con agua tibia y secar con toques ligeros. Finalmente, la hidratación posterior es fundamental para restaurar la barrera natural y mantener el equilibrio de la piel.
¿Cómo conseguir una piel mas suave?
Una piel suave y saludable no es solo cuestión de genética, sino de cuidados diarios que combinan hidratación, limpieza adecuada y protección. Para lograrla, es fundamental mantener la piel hidratada desde adentro, bebiendo suficiente agua, y desde afuera, aplicando cremas hidratantes adecuadas justo después de la ducha y antes de dormir.
La exfoliación regular también juega un papel clave: elimina las células muertas, mejora la textura y permite que otros productos penetren mejor. Puede hacerse con exfoliantes suaves o naturales, incluso en la playa, aprovechando la arena y el mar. En cuanto a la limpieza, lo recomendable es lavar el rostro con agua tibia, usando productos suaves específicos para cada tipo de piel, y evitando frotar con fuerza para no irritarla.
El protector solar debe aplicarse a diario, sin importar si el día está nublado, ya que los rayos UV dañan la piel todo el año. También conviene elegir productos que contengan ingredientes hidratantes y antioxidantes, y evitar el uso de agua muy caliente, que reseca la piel. Finalmente, optar por ropa hecha con materiales naturales y mantener un ambiente equilibrado en casa, por ejemplo, con un humidificador si el aire es muy seco, ayuda a conservar la piel suave y protegida.