Cómo ser constante en el ejercicio físico y ganarle la batalla al sedentarismo
Adquirir el hábito de hacer ejercicio todos los días puede parecer una tarea abrumadora, pero la clave, según expertos en salud y psicología, reside en la constancia, la planificación y la flexibilidad. En lugar de aspirar a rutinas extenuantes desde el principio, es mucho más efectivo empezar con acciones pequeñas y progresivas que se puedan mantener en el tiempo.
El secreto del éxito: así puedes ser constante al momento de hacer ejercicio
Una de las primeras recomendaciones es establecer objetivos realistas y alcanzables. En lugar de proponernos entrenar dos horas diarias, es mejor comenzar con sesiones cortas de 10 a 15 minutos, o incluso simplemente dar una caminata de 5 minutos.
Estas pequeñas dosis de movimiento son más fáciles de repetir y, a largo plazo, son más efectivas para integrar la actividad física en nuestra vida. La repetición diaria, a la misma hora y en el mismo lugar, es el motor que transforma un esfuerzo consciente en un hábito automático.

Además, es fundamental elegir una actividad que realmente disfrutemos. Si detestamos ir al gimnasio, podemos optar por bailar, andar en bicicleta, practicar deportes o simplemente caminar mientras escuchamos música. La diversión y el placer son recompensas inmediatas que refuerzan el ciclo de comportamiento y nos motivan a continuar.
Además, encontrar un compañero de ejercicio, ya sea un amigo o familiar, puede aumentar nuestra motivación y ayudarnos a mantener la constancia, ya que somos menos propensos a faltar a una cita si alguien más cuenta con nosotros.
Finalmente, es importante ser compasivos con nosotros mismos y evitar la mentalidad del todo o nada. Si por alguna razón perdemos un día de ejercicio, no debemos desanimarnos. Lo esencial es retomar la rutina al día siguiente, sin culpas ni presiones. Aceptar que habrá altibajos y ser flexibles con el plan son estrategias clave para sostener el hábito a largo plazo.

En definitiva, la clave no es la fuerza de voluntad, sino la creación de un sistema de señales y recompensas que hagan que el ejercicio sea una parte natural de nuestra vida, como lavarse los dientes o tomar un café.