Quienes tienen gatos como mascotas suelen recurrir al arenero para que estos hagan sus necesidades, pero esto a veces provoca malos olores que se esparcen por la habitación y obligan a cambiar la arena con frecuencia. Sin embargo, existe un truco casero poco conocido y muy eficaz para reducir estos aromas: utilizar saquitos de té usados dentro del arenero.

¿Por qué poner saquitos de té en el arenero de mi gato?

Los saquitos de té posee propiedades naturales que absorben la humedad y ayudan a neutralizar los olores, funcionando como un desodorante natural cuando se coloca frío y escurrido. Además, los taninos presentes en el té tienen efectos antibacterianos que limitan la proliferación de bacterias en la arena, contribuyendo a mantener el espacio de la mascota más limpio e higiénico.

Para aprovechar este método, basta con dejar enfriar el saquito de té tras usarlo, escurrirlo bien y colocarlo en la arena, ya sea limpia o usada. El procedimiento puede repetirse cada vez que se cambie la arena o cuando se perciban olores fuertes. Este sencillo truco no solo es económico, sino también ecológico, ofreciendo una alternativa sustentable para quienes buscan mantener el ambiente fresco sin recurrir a productos químicos.

¿Por qué los gatos usan areneros?

Los gatos utilizan areneros por un instinto natural que los impulsa a enterrar sus heces y orina, ocultando su olor para protegerse de posibles depredadores o rivales en la naturaleza. El arenero proporciona un sustrato adecuado, como arena o tierra, que les permite excavar, hacer sus necesidades y cubrirlas, replicando este comportamiento instintivo dentro del hogar.

En la naturaleza, este hábito les ayuda no solo a evitar ser detectados por otros animales, sino también a comunicarse con otros gatos, indicando que no representan una amenaza y contribuyendo a la armonía cuando conviven varios felinos. Dentro de casa, la arena blanda del arenero cumple la función de tierra, permitiéndoles cavar y depositar sus desechos en un espacio propio y reservado, lo que facilita la limpieza y mantiene la higiene tanto del animal como del entorno.

Muchos gatos aprenden a usarlo observando a su madre, guiados por su instinto de supervivencia y la necesidad de imitar comportamientos naturales. Así, el arenero no solo asegura un lugar higiénico para realizar sus necesidades, sino que también les permite mantener su limpieza, característica esencial de los felinos.