¿Tienes uno? La raza de perros que nunca debes abrigar, ni siquiera en invierno

Los especialistas vinculados al mundo de las mascotas consideran que existen diversas cuestiones a las cuales hay que prestarle especial atención para poder entenderlas. Si lo has visto en más de una ocasión, y sobre todo en el último tiempo, acá podrás develar si tu perro es de una raza que no necesita un abrigo en días de frío.

Nos vamos a referir en particular a la raza de perros que nunca debes abrigar, ni siquiera en invierno. Para ser más específicos, para el caso en que esta situación sea detectada. La respuesta podrás encontrarla en esta nota, para poder analizar y tratarlo, en caso de que sea necesario y según la visión de los científicos de mascotas.

Los abrigos en los perros

Con la llegada del frío, muchos dueños de mascotas se apresuran a abrigar a sus perros para protegerlos de las bajas temperaturas. Sin embargo, la veterinaria María "Vetican" ha explicado en un video de TikTok que no todos los perros necesitan esta protección extra. De hecho, para ciertas razas, ponerles un abrigo puede ser contraproducente y hasta perjudicial. Es fundamental entender las características biológicas de cada animal antes de decidir cómo cuidarlo en invierno.

Algunas razas de perros están naturalmente equipadas para resistir el frío gracias a su diseño genético. Estos animales poseen mecanismos biológicos que les permiten conservar el calor corporal de manera eficiente, sin necesidad de ayuda externa. Tal es el caso de los perros de origen nórdico, conocidos por su resistencia a climas gélidos, los Border Collie o aquellos con una doble capa de pelo espeso. Su pelaje funciona como un aislante natural, protegiéndolos del frío y manteniendo su temperatura corporal estable.

Si a estos perros se les coloca un abrigo, se corre el riesgo de alterar su sistema natural de termorregulación. Su cuerpo está programado para adaptarse a las bajas temperaturas, y al añadir una capa extra de calor, podemos confundir esta capacidad innata. Esto podría llevar a que su organismo dependa del abrigo, perdiendo la eficiencia de su propio mecanismo de adaptación al frío. A la larga, esto podría hacerlos más vulnerables a cambios de temperatura o resfriados.