¿Qué tan bueno es tomar agua con gas para bajar de peso? Esto dice la ciencia
El agua con gas, también conocida como agua carbonatada, es simplemente agua a la que se le ha incorporado dióxido de carbono bajo presión, lo que le otorga su característica efervescencia. Puede ser natural, si proviene de manantiales con gasificación propia, o artificial, cuando se gasifica de forma industrial.
¿Cuántos kilos se pueden bajar tomando agua con gas?
En los últimos años, este tipo de agua ha ganado popularidad por estudios que exploran su posible vínculo con bajar de peso. Uno de ellos, publicado en BMJ Nutrition, Prevention & Health, sugiere que el gas presente en el agua puede convertirse en bicarbonato en el estómago, lo que activaría enzimas relacionadas con el metabolismo de la glucosa. Sin embargo, este efecto es leve y temporal, por lo que no representa una solución eficaz por sí sola para adelgazar.
Además, el agua con gas puede generar una sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito. Aun así, los especialistas subrayan que sus beneficios son modestos, y que una alimentación saludable combinada con actividad física sigue siendo la base para una pérdida de peso sostenida. También es importante tener precaución, ya que el consumo excesivo puede causar molestias digestivas como hinchazón o gases, especialmente en personas sensibles.
Una alternativa popular es combinar el agua con gas con limón natural, lo cual no solo mejora el sabor sin añadir calorías, sino que también aporta beneficios digestivos y vitamina C. El limón, por su contenido de ácido cítrico, puede facilitar la digestión y aliviar la pesadez tras las comidas. No obstante, su acidez, combinada con el gas, podría afectar el esmalte dental si se consume con demasiada frecuencia. Por eso, se recomienda beber con sorbete o enjuagar la boca después.
¿Cómo bajar de peso de manera natural?
Bajar de peso de forma duradera requiere compromiso, tiempo y disposición para modificar hábitos tanto alimenticios como de actividad física. Es esencial evaluar si uno está preparado mental y emocionalmente para este proceso, considerando factores como el manejo del estrés y la necesidad de apoyo externo.
La motivación interna juega un papel clave: tener razones personales y significativas puede mantener el enfoque a largo plazo. También es importante rodearse de personas que apoyen el cambio hacia un estilo de vida saludable. Establecer metas realistas y alcanzables, tanto de acciones como de resultados, facilita el proceso y evita frustraciones.
Adoptar una alimentación equilibrada basada en alimentos naturales, ricos en fibra y bajos en calorías, permite disfrutar las comidas sin excederse y bajar de peso de manera regulada. Además, la actividad física regular no solo ayuda a perder peso, sino que también mejora la salud general y el bienestar emocional. Pequeñas acciones diarias, como caminar más o usar las escaleras, contribuyen al gasto energético.
