Los muebles oscuros no van más: esta es la nueva tendencia en decoración
Durante décadas, los muebles de maderas oscuras y pesadas dominaron la decoración, simbolizando solidez y una elegancia clásica. Piensa en el color caoba, el nogal profundo o los acabados lacados en negro que absorbían la luz y daban a los espacios una atmósfera densa y formal. Sin embargo, en la era actual del bienestar, el minimalismo y la sostenibilidad, esta tendencia ha dado un giro radical.
Hoy, el consenso en diseño interior es claro: los muebles oscuros ya no son la opción predilecta. La nueva tendencia se inclina decididamente hacia la luz, la ligereza visual y la sensación de amplitud, redefiniendo la forma en que amueblamos nuestros hogares para favorecer el confort y la luminosidad.
El color de los muebles
En este cambio de paradigma, los muebles han asumido un papel protagónico en la gestión de la luz natural dentro de los espacios. La premisa es simple: cuanto más claros y ligeros sean los muebles, más luz parecerá haber en la estancia. Los tonos pálidos reflejan la luz en lugar de absorberla, lo que no solo ilumina el espacio, sino que también crea una percepción visual de mayor tamaño. Esta estrategia es especialmente poderosa en hogares modernos, donde el aprovechamiento máximo de la luz natural es un objetivo clave para promover un ambiente más saludable y energéticamente eficiente.

La paleta de materiales que definen esta nueva tendencia en muebles es inherentemente luminosa y natural. Las maderas claras como el fresno, el roble blanqueado o el bambú son la opción favorita, aportando calidez sin sacrificar la ligereza visual. El color blanco, en sus distintas texturas y acabados, se consolida como un infalible, no solo en paredes, sino también en tapizados y mobiliario principal. Además, materiales naturales como el mimbre, el ratán y el yute añaden textura y un aire relajado sin añadir peso visual, creando ambientes serenos y acogedores con una estética atemporal.

Otro principio fundamental de esta tendencia es la gestión inteligente del espacio y la fluidez visual. Ya no se trata solo del color de los muebles, sino de cómo se disponen en la habitación. Es esencial dejar algo de espacio entre los muebles y evitar colocarlos pegados a las paredes o amontonados. Este "respiro" entre las piezas permite que la luz, tanto natural como artificial, circule sin obstáculos. Este flujo de luz y aire contribuye a una sensación de orden y bienestar, en contraposición al efecto opresivo que generan los espacios saturados de muebles pesados.