Los materiales que nunca deben decir presente en la decoración de la cocina
La creatividad y la decoración se han unido para revolucionar nuestros espacios. Los nuevos diseños que existen para elegir en el interior de la casa. Existen ciertos elementos que pueden mejorar el estilo de la cocina y dejar de caer en feas prácticas como usar ciertos materiales. Ahora, hay nuevas tendencias que marcan esto al respecto.
Seguir utilizando ciertos materiales dentro de la cocina está mal, pero ahora solucionado gracias a la unión de la decoración y la innovación. La última tendencia en diseño de exteriores ofrece alternativas elegantes y funcionales. Los expertos marcaron tendencias a la que hay que sumarse sin lugar a dudas.
La decoración de la cocina
El terciopelo es uno de los materiales más problemáticos para la cocina. Su textura delicada y su composición lo hacen un imán para las manchas y los olores persistentes. Por ejemplo, una simple salpicadura de aceite o una gota de salsa pueden arruinarlo, dejando marcas permanentes y difíciles de limpiar. Además, la naturaleza porosa del terciopelo le permite atrapar los olores de la cocina, como el del ajo o el pescado, que pueden impregnarse y ser muy difíciles de eliminar.
Otros textiles y materiales delicados, como la seda o las alfombras de pelo largo, también son desaconsejables. Estos materiales no solo son costosos de mantener, sino que también representan un riesgo para la higiene. En lugar de contribuir a la estética de la cocina, pueden convertirse en un foco de bacterias y malos olores. Es por eso que los expertos en diseño de interiores sugieren evitar los textiles en áreas donde se manipulan alimentos.
En lugar de optar por materiales absorbentes y difíciles de limpiar, es recomendable utilizar opciones que sean resistentes, fáciles de limpiar y duraderas. Materiales como el acero inoxidable, el vidrio, la cerámica y las superficies de cuarzo son ideales para las mesadas y salpicaderos. Para la decoración de la cocina, se pueden usar toallas de cocina de algodón o lino, que son fáciles de lavar y secar. La clave está en la funcionalidad y en elegir materiales que se mantengan impecables con el tiempo, sin comprometer la higiene ni la estética.
