La corona en la puerta no va más: la nueva técnica de decoración para Navidad
La decoración navideña, si bien se mantiene arraigada a ciertas tradiciones, evoluciona con el tiempo, buscando siempre nuevas formas de embellecer el hogar. La clásica corona en la puerta principal ha sido durante mucho tiempo el emblema de la bienvenida festiva. Sin embargo, una nueva tendencia ha emergido con fuerza, posicionando otro lugar como el nuevo foco de la decoración navideña. Colocar una corona en el cristal del salón, la cocina o hasta el dormitorio infantil ofrece un doble beneficio estético. Esta técnica de decoración permite disfrutar de la belleza festiva desde el interior y, a la vez, lucir un diseño sutil y escenográfico hacia el exterior.
Dónde poner la corona de Navidad
Esta nueva moda es, en esencia, una declaración de estilo que se distingue por su elegancia y sutileza. El diseño en la ventana se percibe como una propuesta más moderna y menos convencional que la clásica decoración de la puerta. Se aprovecha el cristal como un "bastidor" perfecto que enmarca la corona, convirtiendo la ventana en una especie de cuadro vivo. Este enfoque permite crear una atmósfera acogedora sin caer en la saturación visual, manteniendo la fachada limpia y concentrando el toque festivo en el juego de luces y reflejos.
El impacto visual de las coronas en las ventanas se multiplica exponencialmente al caer la noche si se añade un elemento clave: la iluminación. Incorporar pequeñas luces LED, preferiblemente de tonalidad cálida y con una función de parpadeo suave, transforma la escena al anochecer. La luz se refleja mágicamente en el cristal, creando un juego visual casi cinematográfico que irradia calidez. Para quienes tienen varias ventanas alineadas, duplicar o triplicar la corona en cada una genera un ritmo decorativo muy armónico y sofisticado, obviando la necesidad de figuras luminosas o vinilos excesivos.
Una de las grandes ventajas de esta técnica decorativa es su versatilidad en cuanto a estilos y materiales. Esta idea funciona perfectamente con las coronas verdes tradicionales, que evocan un espíritu clásico de Navidad. No obstante, se adapta también a versiones más modernas y minimalistas, como las que utilizan metal dorado o ramas secas. Los diseños más contemporáneos incluso emplean aros metálicos sencillos con apenas una lazada de terciopelo. Esta adaptabilidad permite aplicar la filosofía de que "menos es más" también en la decoración navideña.
